Es inevitable entender de por sí, que cuando vemos una obra adaptada de Tennessee Williams, nos adentraremos en el punto de vista que el autor tiene sobre las relaciones y carencias humanas con diálogos casi teatrales, para lucimiento casi siempre de los actores protagonistas. A eso nos atenemos y lo aceptamos. Huston, un director que no lo equiparo a grandes contemporáneos suyos,pero que, reconozco, logra generalmente realizar un buen trabajo con sus proyectos y acá es una demostración de ello, con una fotografía e imágenes que nos involucra dentro de una excursión calurosa y hasta polvorienta, que confluye en un lugar o estadero de carretera como sitio donde las confesiones, delirios y bajas pasiones se hacen presentes. En alguna parte leí, que la diosa Ava, se sentía algo abrumada con sus colegas de reparto Richard Burton y Deborah Kerr, porque sentía que no estaba a la par de su talento interpretativo, ya que ella no se consideraba una verdadera actriz, o por lo menos, no como una de las calidades de los ya nombrados. Pues cuan equivocada estaba, y ésta película es fiel testimonio de ello. Porque una Ava Gardner, madura, hermosa, y sobre todo talentosa, copa totalmente la pantalla con una actuación memorable y más que la de sus compañeros de cartel. No desacredito para nada el trabajo de un Burton crudo, serio, versátil en la interpretación de un personaje que se debate entre sus demonios internos que hacen que revalúen su fe como medio de escapatoria a su crisis existencial; Kerr, andariega, sabia, culta, casi que castrada en sensaciones carnales a punta de vicisitudes que la vida le ha deparado pero que finalmente ha aceptado logrando ser de ella alguien pleno. Ambos están grandiosos, sin duda. Pero Ava, con un personaje de emociones a flor de piel, que aún tiene mucho para dar y recibir en la vida, creíble, sarcástica, sensual a pesar de su consiente madurez física, bella, se equipara con creces a la pareja británica, superándolos con su carisma inagotable y ese toque que el creador sólo le dió a pocas privilegiadas para que sean del grupo de los inmortales. No sé si ella, al ver el resultado final halla quedado satisfecha consigo misma, lo ignoro. Nosotros, sólo podemos dar fe de que eso sí fué así. Película, al final, muy agradable, hasta con toques de humor que equilibran los cuestionamientos morales y éticos que Williams siempre pone de manifiesto para mover ése límite de la tolerancia social. Y Ava, por supuesto.