Obviamente no es que estemos sobrados de cine palestino, pero periódicamente nos llega un goteo de perlas como esta, a mi juicio una de las mejores cintas del 2019. "Omar" (Hany Abu-Assad / 2013) o "Invitación de boda" (Annemarie Jacir / 2017)  esta última en coproducción son dos muestras de ello.

Sustentada en un más que sólido guión firmado por el hermano del director del que acaba saliendo "por los pelos" dada la compleja situación que va desarrollando, Muayad Alayan compone un retrato en el que lo personal se enreda con lo social y político como ya hiciera en su anterior cinta en una madeja donde el drama y el thriller caminan juntos y donde el conflicto palestino israelí va mucho más allá que servir de marco de la historia. La apuesta por el empoderamiento femenino es notable en el contexto fuertemente patriarcal de ambas sociedades. La película, basada en hechos reales, transmite la angustia de sus protagonistas al espectador y pone sobre la mesa cuestiones de libertad individual en países donde lo colectivo las condiciona y constriñe. El elenco, sobre todo ellas, está estupendo, cuenta con una notable edición y Muayad dirige con pulso firme una narración que nunca decae, sin renunciar a su firma como autor. Hay que seguirle la pista.

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