Servidor que peca de ingenuo y fascinado por la primera entrega de este cómic de espías auspiciado por marvel bajo la batuta Mark Millar y David Gibbons se quedó anhelante de lo que suponía una secuela que en realidad debería ser una precuela. Pero como ya he dicho peco de ingenuo. Vaughn se ha emborrachado de millones para celebrar el éxito de la anterior oliendo la sangría  de dólares que chorreará la saga y probablemente también con algo del licor de Kentucky y se ha lanzado junto con la guionista de moda Jane Goldman que repite, a un desenfreno banal y absurdo de parque de atracciones donde lo poco (como parodia de la propia saga o el género de espías) agrada y lo mucho (141 minutos más otros 80 que la productora recortó) empalaga.
Con un desmesurado también desfile de estrellas de todos los brillos que lucen como el magistral homenaje que Julian Moore hace al inigualable Gene Hackman como Lex Luthor o deslucen como el propio Colin Firth que se ha visto resucitado para acabar colgado como uno más de los trajes de la famosa sastrería Kingsman. El resto asoman el careto, cobran su cheque y esperan tiempos mejores para seguir demostrando lo buenos que son. Mención aparte merece Elton John riéndose de sí mismo y de todos como una "extravaganza" en un film desmadrado y paradojicamente, al menos para un servidor, muy aburrido. No queda otra que felicitar al equipo de producción y dirección artística así como a los responsables de las coreografías de lucha. Todo lo demás humo sobre pajas.

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