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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
8
Comedia En un balneario de la costa atlántica, los veraneantes son incapaces de apartarse de sus rutinarias costumbres urbanas. Hasta que llega monsieur Hulot al volante de su viejo cacharro y rompe la calma estival. Para gran alegría de los niños, Hulot ofrecerá a los huéspedes del hotel unas vacaciones inolvidables. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la ignorancia fílmica y de tantas otras cosas, de mi juventud, solía acudir casi siempre en soledad al cine Bellas Artes de Madrid, para degustar y aprender sin “distracciones” de esa pasión cuya semilla había sido plantada en mi niñez de la mano de mi madre en interminables sesiones dobles de cines de barrio. En ese cine “del centro” pared con pared con ese otro arte, el teatro, que a la postre acabaría por ser mi medio de vida, descubrí una joya como “To be or not to be” de un genio de la comedia llamado Ernst Lubitsch y “Jour de fete” de otro genio como Jacques Tati.

Cuando posteriormente las míticas salas Alphaville dedicaron un ciclo a la obra de este francés de ascendencia internacional pude darme un festín de “delicatessen”, con las andanzas del Sr. Hulot, ese larguirucho e inclinado gentleman, despistado y casi siempre inocente que se relaciona con un mundo mucho más banal y absurdo que lo que pudiera parecer su propio personaje.

Heredero declarado de los Chaplin, Keaton o Lloyd, destiló su humor recuperando el silencio de la palabra y sustituyéndolo por los miles de sonidos que nos acompañan. La relación del ser humano con los cachivaches que nos rodean fue la esencia de sus trabajados gags a la par que esa mirada casi siempre ingenua y sorprendida sobre la sociedad y sus microcosmos.

Mi preferida es “Mi tio” antes que “Las vacaciones…”. Ambas fueron multipremiadas, la primera con un Oscar, la segunda con una nominación al guión, aunque siempre tuvieron más reconocimiento fuera que dentro de su país. El éxito en su madurez llevó a Tati a un proyecto desmesurado “Playtime” en el que invirtió nueve años y cuyos gastos y falta de distribución debido a su formato acabaron por arruinarle, perder los derechos sobre sus películas anteriores y renegar del cine o al menos de su industria, privandonos desgraciadamente de una obra más extensa.

Tatí había disfrutado de las playas de Saint-Nazaire antes de la guerra y decidió rodar allí esta disección de la burguesía acomodada francesa en su monotono, aburrido y previsible descanso estival que viene a poner patas arribas este niño grande, torpe y despistado de pantalones pesqueros que levanta las alfombras de nuestra existencia y tropieza con todos nuestros clichés y prejuicios. Su aparente sencillez esconde una elaborada y detallista planificación.

En el 2010 se estrenó la estupenda película de animación “El ilusionista” (Sylvain Chomet) sobre un guión no publicado de Tati y Henri Marquet, en la que se dijo que Tati intentó de alguna manera expiar su culpa por abandonar y no reconocer a la hija que tuvo en el 42 con la bailarina Herta Schiel. Chomet abogó sin embargo porque el guión más bien hacía referencia a su hija menor Sophie con quien no habría compartido todo el tiempo que le hubiera gustado debido a sus trabajo.

En cualquier caso cuando uno descubre la obra de este payaso encantador queda prendida en nuestra memoria de forma perenne y pegadiza como la maravillosa música que compuso Alain Romain para “Mi tio”.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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