Dos autores consagrados como el dramaturgo y guionista británico Joe Penhall y el director y productor estadounidense David Fincher se han embarcado en la nave de Netflix, uno de los trasatlánticos más populares del inmenso océano televisivo que ya le está haciendo sombra a HBO quien ejercía de dueño y señor  de las series de calidad.
Han elegido adaptar el bestseller "Mind Hunter: Inside FBI´s Elite Serial Crime Unit" escrito por el cineasta Mark Olshaker y el agente del FBI John E. Douglas sobre las experiencias reales de este último en la unidad especial del FBI que a partir de finales de los setenta se dedicó a estudiar las pautas de comportamiento de los bautizados por esa misma unidad como asesinos en serie y que ha quedado institucionalizada hasta nuestros días. 

La formación de la unidad, y las diferentes entrevistas a los criminales por todas las cárceles de la geografía del país se entreveran con casos aún por solucionar en los que los agentes aplican sobre la marcha las conclusiones que van obteniendo de su estudio.
 El aspecto formal es impecable sumergiéndonos en los 70 con una cuidada producción. Ficher que dirige un par de capítulos y el resto de directores se manejan con solvencia y dan la sensación de sentirse agusto en unas atmósferas casi siempre cerradas, muy teatrales y donde el diálogo, con gran carga didáctica para el espectador, arrincona a una acción casi inexistente.  El hecho en sí de ir de criminal en criminal le da al asunto un tono episódico con el que lucha con mayor o menor acierto las subtramas de la vida de los protagonistas cuyas propias mentes acaban por ejercer de equilibristas sobre una línea muy sutil con las traumatizadas de los asesinos.

El casting de secundarios es de lo mejorcito y el elenco protagonista tiene personalidad propia, donde Ana Torv sigue demostrando su versatilidad al igual que Jonathan Groff, secundado con acierto por el experimentado actor de reparto Holt McCallany. La sorpresa viene de la mano de Hannah Gross una joven actriz canadiense que se come sus escenas y que habrá que seguirle la pista.
"Mindhunter" en resumen se encuentra por derecho propio entre lo mejorcito que ha dado la cosecha del 2017 en cuanto a series televisivas. Esperemos que en la siguiente entrega se siga puliendo para nuestro gozo y disfrute.

SEGUNDA TEMPORADA

Como los buenos vinos ha habido que esperar. Dos años para saborear y degustar los resultados de esta nueva cosecha. No ha perdido su aroma ni su cuerpo pero el caldo final está más depurado, más equilibrado y deja un regusto en el paladar cinéfilo exquisito.  La Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI sigue en su búsqueda de entender y descubrir  motivaciones y comportamientos en criminales de serie que les permitan confeccionar patrones y protocolos a seguir en los previsible y desgraciadamente futuros nuevos casos.

La formula sigue mezclando las entrevistas con aquellos asesinos seriales (Mason es la estrella) con el intento de resolución de casos en activo y la implicación de todo ello en la vida privada de los agentes protagonistas. La trama principal relata los sucesos de los al menos 28 crímenes generalmente de niños afroamericanos sucedidos en Atlanta del 79 al 81. Con David Fincher y Joe Penhall a la cabeza del equipo creativo, la atmósfera de frustración, miedo e impotencia ante este tipo de asesinatos, sus causas y los condicionantes sociales, políticos y de procedimiento policial se transmiten al espectador de forma más que notable con un ritmo narrativo impecable donde las subtramas están perfectamente engrasadas con el conjunto. El que uno de los agentes tenga en su propio hogar la semilla de uno de estos potenciales asesinos añade un plus de cercanía inquietante ante la complejidad psicológica y la influencia del entorno de aquellos que acaban por cometer estos crímenes. Lo que ocurre en la mente de estos individuos quizás nunca sea posible de cazar pero al menos los hombres y mujeres que lo intentan pueden  prevenir las consecuencias reconociendo las huellas que les permitan seguir el rastro.

Desgraciadamente la posible tercera temporada está en el aire por problemas de agenda de Fincher y el elenco actoral ha sido liberado de sus contratos por Netflix. Tendremos pues que volver a esperar para una nueva añada que ojalá siga dando los mismos o mejores frutos que esta.

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