Disfrutando una vez más con los magníficos actores patrios que tenemos a uno le viene a colación aquello de: "que buen vasallo si tuviera buen señor". Y "el señor" seria dar valor a una industria que se ve y se las desea en este país para milagrosamente seguir ofreciendo historias que merecen la pena como esta boda de Rosa, que está hasta el co...,razón (parafraseando a la estupenda canción de Rozalén con que cierran los créditos) de que se la explote y decide empezar a quererse a ella misma como se merecen las millones de Rosas del mundo mundial.

Candela Peña (3 Goyas), que en su momento se aplicó otro refrán: "quién no llora no mama". Nadie la llamaba. Ahora  esta en un momento dulce de su carrera, pletórica, demostrando con creces que no se podían olvidar de ella. El resto del elenco tan estupendo como esa otra monstrua que es Nathalie Poza ( 2 Goyas) que tiene la virtud de hacerse protagonista cada vez que la cámara la enfoca para apuntalar el conjunto.
Bollain sigue con el buen hacer de sus últimos trabajos que entroncan con aquella otra estupenda racha de sus comienzos de principios de este 2000, demostrando que se mueve bien tanto en la comedia como en el drama aunando ambos si es necesario.

Es cierto que "La boda..." va perdiendo fuelle dramático a medida que opta por un desenlace buenista, de buen rollo. Uno ya sabe que en la realidad las familias en situaciones parecidas son más bien un campo de batalla sangriento plagado de intereses egoístas. Se agradece pues esta visión esperanzadora en los tiempos que corren.

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