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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
10
Western. Drama La relación sentimental entre Vienna, la propietaria de un salón situado en las afueras de una ciudad del Oeste, y Johnny Guitar, un pistolero con el que se vuelve a encontrar en un difícil momento, constituye todo un clásico que alcanzó un gran éxito de taquilla. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno hubiera preferido a Barbara Stanwyck en el papel de Vienna, esta poderosa mujer en un mundo de hombres que ha sabido jugar sus cartas y cincelar un futuro en las rocas olvidadas de un lugar donde otra mujer igual de poderosa defiende su presente ganadero. Una vez más el eterno conflicto por unas tierras conseguidas a base de sangre, sudor y genocidio. Ambas mujeres esperan con esperanza y temor un futuro incierto en forma de ferrocarril. Una de ellas lleva las cicatrices del amor perdido y la otra se desangra por la herida de no encontrarlo.
La Crawford tenía los derechos de la novela y puso como condición protagonizarla.  La Republic, una compañía especializada en series B  (habría que hacer una lista de esas películas de serie B que acabaron siendo clásicos) pero que ya tenía en su curriculum el "Macbeth" de Welles y "El hombre tranquilo"  de Ford, completó la tripleta para la historia con este western pionero feminista donde los hombres o son pistoleros errantes, o jovencitos alocados, o galanes fanfarrones o como en el caso del personaje de Ward Bone miran para otro lado y se dejan llevar por su propio egoísmo. Hay más, afortunadamente interpretados por actores de la talla de Borgnine o Carradine, pero todos subordinados a estas dos mujeres de armas tomar y nunca mejor dicho. 

No obstante sin embargo es el nombre masculino el que da título a esta tragedia que rebasa los límites del género tocando muchos palos y todos bien. A pesar de que el careto de pocos amigos de La Crawford no es como para enamorarse de ella, su actuación es impecable como la de todo el elenco, Robert Mitchum estuvo a punto de ser Johnny "Guitar" Logan y Crawford quería a Paul Newman en el papel de "Dancin Kid".
La historia se sigue con interés hasta el desenlace final, Ray consigue un puñado de escenas memorables, mantener el ritmo y sabe impregnar al conjunto de sus propias inquietudes vitales a pesar de que acabó hasta el gorro del rodaje y que la crítica de la época no le trató bien. Pero había mucho talento, no solo el del director. Ben Maddow en la lista negra del macartismo sustituido en los créditos por Philip Yordan escribio un guión impecable con algunos dialogos inmortales y no se privó de reflejar la situación de la caza de brujas representada por esos ganaderos todos de negro como cuervos que van colgando a diestro y siniestro a todo el mundo que no comulgue con sus ideas. Es curioso que uno de ello sea el propio Ward Bond que junto con su amigo John Wayne andaban a la cabeza de los cazadores de "comunistas". La música de Victor Young dejó su huella y hasta el saturado Trucolor acaba por añadir una intensidad exagerada a las exageradas pasiones que se dan cita.

Hay mucha enjundia psicológica en las tortuosas relaciones cruzadas de los personajes que darían para un buen libro tan sustancioso como el insufrible rodaje que les dió a todos La Crawford, celosa de que la estupenda Mercedes McCambridge de orígenes irlandeses se le subiera a las barbas y le robara protagonismo. El duelo entre ambas como se ha dicho fue dentro y fuera de la pantalla.
Al público le gustó y fue un éxito popular y de taquilla. Hoy sin lugar a dudas es un clásico imprescindible.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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