Con esa simbiosis tan personal que establece la directora con sus películas, esta declara que al igual que su personaje principal ella necesitaba aplicarse su propio bálsamo de fierabrás y tomar su particular, evocando a David Lean, "pasaje a la India". Su innegable talento como cineasta lo ejerce en este caso de forma tan sutil y relajada que esta historia de sanación de" heridas de guerra" adolece de hipotensión. La casi adolescente Maya compendio de una India ancestral y moderna podría se la nieta o bisnieta de Apu el personaje central de la mítica trilogía de Satyajit Ray que según declara la directora francesa le resulta más inspiradora a la hora de enfrentarse con la India actual que el clásico de su compatriota Renoir en "El río"  (1951). La calma necesariamente vital para enfrentarse de nuevo a la batalla es un terreno peligroso donde pueden florecer las emociones que  resquebrajan la coraza necesaria para afrontar las embestidas del horror que no cesa y del que hay que dar testimonio con la vana esperanza de remover conciencias.

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