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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
8
Intriga. Romance En el centro psiquiátrico donde trabaja la psicoanalista Constance Petersen (Ingrid Bergman), el Dr. Murchison (Leo G. Carroll) anuncia su retiro de la dirección, en cuyo reemplazo llegará el eminente Dr. y escritor Anthony Edwardes, a quien, justamente, Constance admira muchísimo aunque no le conoce... pero, el mismo día en que el joven y apuesto director (Gregory Peck) es presentado ante los directivos, la psicoanalista comenzará a ... [+]
22 de mayo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La alegría que debió suponerle a Hitchcock que el todopoderoso productor David O. Selznick le fichara para el cine USA con sus grandes recursos y sustanciosos sueldos empezó a tornarse calvario cuando la libertad creativa del inglés era estrictamente supervisada, cuando no corregida por el judío de Pennsylvania. El caso es que este primer choque de genios dio como resultado "Rebeca" (1940) la única película de Hitchcock que consiguió un Oscar y el segundo personal para Selznick.
Lo dejaron unos añitos y en el 45 Hitchcock lo intentó de nuevo convenciendo a Selznick para que comprara los derechos de una novela de suspense y misterio del 27, "The house of Dr. Edward" firmada por "Francis Beeding" uno de los seudónimos de la pareja británica Saunders y Palmer.
La atmósfera de novela gótica y sus posibilidades visuales debieron encandilar a Alfred más allá de las teorías freudianas del psicoanálisis que ya tenían casi medio siglo.
Los temas recurrentes de Hitchcock aparecen y consigue un buen puñado de hallazgos de dirección muy creativos marca de la casa pero una vez más Selznick metió baza. Contrató a su psicólogo personal como asesor, y se pulió 17 minutos de los 20 grabados por el genial escenógrafo y director William Cameron Menzies con diseño nada menos que de Dali. Aportación demasiado costosa para el productor que al final aceptó como rendimiento publicitario. Menzies declinó que apareciera su nombre en los créditos dado el tijeretazo sin suponer que a la postre esos pocos minutos fueron lo más destacado de la cinta y Hitchcock no dudó en apuntarse el tanto. Selznick decidió hasta el título.
Tampoco el protagonista era del agrado de Alfred, que prefería al más expresivo Cary Grant (rechazó el papel) que la actuación más interiorizada de Peck. Con el músico Miklós Rózsa, que a la postre se llevó otro Oscar, tampoco se entendía muy bien.
Las transparencias de una escena tan importante como el descenso en esquís, son un lastre de las técnicas de la época y tampoco eran el fuerte del director.
El caso es que el guión adaptado del maestro Ben Hecht salió adelante en una entretenida cinta de suspense y misterio, mucha palabrería sobre el picoanalisis y buenas interpretaciones en las que todos pusieron sus dosis de genios para que se convirtiera en otro clásico del rey del Macguffin.
ELZIETE
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