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España España · Cáceres
Voto de ÁAD:
9
Drama El joven doctor Yasuoto regresa a su pueblo después de estudiar en Nagasaki, pero en cuanto llega sufre una gran desilusión: en lugar de ser nombrado médico del shogun lo envían a una clínica que cuenta con muy pocos recursos y está dirigida por un médico apodado "Barbarroja". Allí, el nuevo interino adopta una actitud arrogante, negándose a usar uniforme y rebelandose contra el resto de médicos. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2023
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Desde luego es una forma de vivir, enseña algo más que una historia.
Hasta la mala comida sabe bien si se mastica suficientemente. Lo mismo pasa con el trabajo, afirma Barbarroja, que si te dedicas con esmero hasta el más desagradable es satisfactorio.
El exceso de confianza en un médico es un mal que le lleva a cometer errores de apreciación y juicio.
La pobreza crea enfermedad. No hay nada más solemne que los últimos momentos de la vida de un hombre.
Enseñanzas todas ellas que le comenta Barbarroja al médico díscolo que ha llegado al dispensario, un lugar de pobreza y enfermedad al que acuden desahuciados que no tienen otro sito al que ir.
A medida que va comprendiendo para qué sirve la medicina y cómo se practica va comprendiendo que el carácter duro, obstinado y salvaje de Barbarroja es lo único que sirve para conseguir que funcione mínimamente el dispensario. Centro médico que carece de recursos, opera sin anestesia y no tiene las mínimas condiciones para llamarse hospital.
Llevar el uniforme sirve para identificar quién es médico y a quién se le puede pedir ayuda. Es la simbología en la vestimenta la que debe adoptar el recién llegado: ponerse el traje es decidir ser médico, seguir vistiendo de civil no es sólo una forma de rebeldía, sino una decisión: no se quiere ser médico en ese lugar. Finalmente decide ser médico y se pone el kimono característico.
La locura del personaje femenino muestra con toda su crudeza la brutalidad de la vida sentimental: la madre caso a la hija con su amante.
No es de una complejidad argumental tan acusada como otras películas suyas, es un relato más lineal pero tampoco cuenta una historia común.
El relato del moribundo sobre el enamoramiento, vida y muerte de su mujer es también muy revelador. Pretende mostrar la dureza del hospital desde el relato de sus usuarios, de los enfermos, quedando en un segundo papel el rol del protagonista, Barbarroja, que participa en todas las historias como personaje secundario, mero espectador de las historias que se cuentan.
Obviamente, como en todas las películas de Kurosawa llueve, y llueve mucho. En esta además nieva.
No tiene la fuerza de otras obras suyas, las de samurais, ni tampoco el mensaje tan profundo como otras: vivir, escándalo, el idiota, duelo silencioso. Tampoco en la primera hora y media profundiza en el tema médico, sigue la historia de los personajes que presente. .
Me ha decepcionado un poco. Además es sumamente oscura, al rodarse la mayoría de planos dentro del hospital y no contar con suficiente luz.
ÁAD
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