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España España · Cáceres
Voto de ÁAD:
8
Drama Inglaterra, Edad Media. Macbeth es un noble caballero escocés. Un día, después de una batalla en la que se gana el favor del monarca, encuentra a tres brujas que le profetizan que algún día llegará a ser Rey. Después del cumplimiento de otras dos profecías formuladas por las brujas, inevitablemente Macbeth se pregunta cómo podrá cumplirse la tercera, ya que el Rey Duncan todavía esta vivo y, además, tiene dos hijos que pueden heredar el ... [+]
21 de mayo de 2023
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La oscuridad del poder, la parte mas innoble de las ambiciones humanas en una tragedia de Shakespeare muy conocida. La borrachera del poder, la incapacidad para poner límites a tus propias pretensiones, la malsana y mordaz víbora del resentimiento mezclado con la envidia en una cuba de resquemor...
Desde luego el Director consigue infundir un presagio de catástrofe a la historia, un profundo estado de maldad intrínseca, más allá de los acontecimiento externos que se suceden. La influencia de su mujer, -¿para el autor de cualquier mujer?- no es precisamente sutil. Es abierta, directa y protagonista. Quizá excesiva, no he leído la tragedia, pero Welles carga las tintas sobre ella y sobre su fono de maldad. No sé si no tiene una explicación más prosaica el camino que elige Macbeth, si no es fruto de las circunstancias.
El juego de la profecía de las brujas marca la línea directriz de la cinta, de la obra, pues parecen mojones sobre los que edificar cada una de las tres partes que componen la película, prácticamente de media hora cada una de ellas.
El juego de luces y sombras está, obviamente, muy logrado, así como los diferentes escenarios naturales, -rocas y mar, viento y rayos- que componen el escenario apocalíptico alrededor del palacio. Faltan caballos y perros para, todos negros, para completar la oscuridad completa. Solo aquella que da una bestia que creemos domesticada.
Orson está exultante, brillante, rebosante de energía, de potencia, de capacidades. Parece que se sale de la pantalla. No es una película de actores, pero Jeanette Nolan es Lady Macbeth, esposa ambiciosa y perturbadora de la estabilidad emocional del Rey.
Dos circunstancias hace singular a la película. Los actores no hablan, declaman. Parece que hablan en verso, lo que a veces dificulta el entendimiento y el seguimiento de las cinta. Y, en segundo lugar, los planos de abajo a arriba desde los que se filman caras y expresiones muy propio de Welles.
Es una cinta que hay que ver seguramente varias veces para sacar el jugo que toda ella tiene.
Me ha gustado, especialmente después de meterme en ella, después de veinte minutos trepidantes y frenéticos que hacen que cabalgues sobre la cinta, que no le has cogido el ritmo.
En todo caso me ha parecido pero que Otelo, que la recuerdo soberbia, magnífica, imprescindible.
ÁAD
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