La historia de “Arrival” derrocha originalidad, y es por ello, principalmente, que los seguidores de la ciencia ficción no deben perdérsela.

Es verdad que se piensa diferente según el idioma, y hay pensamientos, conceptos, significados, que un idioma es capaz de definir y otro no. Hay ideas inherentes al idioma, que no puedes traducir como tal a otro. Yo domino varias lenguas y eso siempre me ha resultado interesante, además es algo que sale de forma natural. El conocimiento lingüístico modifica la percepción de la realidad.

La película agarra ese concepto y lo lleva al terreno de la ciencia ficción. Sin entrar en detalles para no joder los giros argumentales, la pregunta que se hace es: ¿Qué pasaría entonces si aprendemos un nuevo lenguaje complejo alienígena? ¿Hasta dónde podría dilatarse nuestra visión de la realidad? ¿Sería posible modificar tanto el cerebro aprendiendo un nuevo idioma como para romper nuestro limitado entendimiento del universo? Desde luego es un tema la mar de interesante.

Hay otra materia de debate más que se introduce avanzada la trama. La vida, el dolor, la alegría, los actos que nos llevan a experimentar una línea temporal… ¿Elegida por nosotros? ¿Determinista? Por último, también hace un llamamiento a la alianza entre naciones para poder avanzar como especie, desestimando la guerra. La evolución pasa por entendernos entre nosotros.

Pues con todas estas cuestiones sobre la mesa el tiempo se pasa volando, y eso que es una película de ritmo lento. Amy Adams está fantástica. Los efectos especiales cumplen de sobra, estando al servicio de la historia.

Así que ya sabes… ¡A aprender nuevas lenguas! Y a ver la película, por supuesto.