Frank Capra director de la hermosa «(Yamesalenlaslágrimas) ¡Qué bello es vivir!» dirige en esta ocasión a Cary Grant interpretando a un soltero empedernido que odia al matrimonio y al amor que finalmente se casa. Antes de ir a su luna de miel decide visitar a sus tías y descubre que estas asesinan por compasión a personas mayores con ayuda de un kit de químicos del que disponen. Le acompañan de los que conozco Peter Lorre —«Historias de terror» (1962)— y otros actores del que no me suena ninguno.

Se trata de una comedia, dicen que negra, en la que hay un poco de todo tanto de géneros como suspense, misterio, thriller como en cuanto a tipo de humor. Me refiero a que hay un personaje que está medio trastornado y tiene escenas cómicas pero también hay bastante humor de diálogo, sobre todo en la primera parte o introducción o presentación de personajes, como lo quieran llamar. El problema que yo le encontré justamente es que a partir de esa diría magisral introducción las risas empiezan a decaer y de repente te encuentras con que por más de veinte minutos no es que haya bajado el nivel de risas es que directamente no las hay.

Cary Grant con la solvencia que le caracteriza para interpretar personajes cómicos vuelve a bordar su papel y diría que es el que salva la película por completo sobre todo como ya comenté anteriormente en la primera parte de la película que es cuando él descubre «el pastel». Los demás actores lo hacen bien, Peter Lorre pues no transmite nada en su papel de villano ya que además tampoco sientes demasiada empatía por él.

En la tomatá tiene un ochenta y ocho por ciento lo que indica críticas generalmente muy favorables hacia la película. Yo la verdad es que la encontré algo sosa sobre todo en lo que es el desarrollo del conflicto o nudo, es decir, mientas Cary Grant intenta solucionar todo el problema y vemos en pantalla más bien a Lorre, a mí me daba bajón cada vez que lo veía.