Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Juan Marey:
8
Drama Al Fountain se traslada a un remoto pueblecito con el fin de supervisar la construcción de una nueva planta para la empresa de limpiaparabrisas en la que trabaja. Es un tipo metódico cuya vida se rige por horarios y rutinas estrictas, pero las cosas no acaban de marchar bien: sufre una serie de alucinaciones que evidencian que está sufriendo una crisis. Los hechos se precipitan cuando cancelan su trabajo y conoce a Kid, un tipo ... [+]
11 de abril de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Tom DiCillo, uno de los iconos del cine “indie” norteamericano de los noventa, nos sorprendió a todos con la fantástica “Vivir rodando” (1995), al año siguiente nos regaló otra estupenda película, “Caja de Luz de Luna”, una obra que posee todos los elementos de su cine. En este caso elabora unos personajes al límite y totalmente estrambóticos a los que introduce en un contexto ajeno que ocasiona que estos deban salir hacia delante en unas situaciones que pasan del realismo puro a un surrealismo extremo sin perder de vista la búsqueda de representar una realidad, extraña, pero una realidad al fin y al cabo, desplegando todas sus excelencias en el trabajo visual para retratar esta historia conmovedora y tierna creando unos personajes totalmente cercanos y reconocibles.

DiCillo vuelve a demostrar su talento narrativo con una historia sencilla, contada con agilidad, que aborda en tono de comedia los ajetreos y tensiones de la vida moderna, que impiden disfrutar de los placeres más simples. Al, el protagonista —un inspirado John Turturro—, que tiene unas extrañas visiones donde las cosas parecen marchar hacia atrás, cree ver en ellas la necesidad de liberarse de las manías que le impiden ser el que fue en otro tiempo, le ayuda Kid, al que conoce casualmente, ambos desarrollan una amistad en que el uno se ocupa del otro. Kid, un joven algo alocado, que viste como David Crockett y vive en plena naturaleza, imprimirá algo de alegría a la vida anodina del ingeniero, y Al, que deseaba volver a casa, prolongará sus vacaciones por ahogar la soledad de su nuevo amigo.

La película, que compitió por el León de Oro en Venecia, mezcla hábilmente la road movie, la comedia y el drama para contarnos una fábula moderna sin moraleja sobre la imposibilidad de controlar los acontecimientos, una película que nos muestra a la perfección el persistente amor del director a tener como protagonistas a soñadores que son capaces de hacernos reír. Ambientada en el impresionante panorama de las Smokey Mountains, en Tennessee, forma parte del universo personal de Dicillo, un mundo lleno de aventuras, coincidencias, catástrofes, desilusiones y descubrimientos, a partir del fin de semana libre de responsabilidades y ataduras de Al Fountain, Dicillo nos muestra como abandonar la rutina puede abrir muchas puertas, si no se sabe siempre lo que se se debe esperar, uno se abre a los milagros de la vida, grandes y pequeños, que probablemente habían existido siempre pero pasaban inadvertidos.

Una extraña, peculiar y hermosa película, una bonita fábula sobre la libertad, sobre la pérdida de la juventud, sobre la amistad entre personas muy distintas y con modos de vida diferentes. Una película divertida, bien hecha, entrañable y con una pareja actores en estado de gracia.
Juan Marey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow