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Voto de Juan Marey:
9
Cine negro. Intriga. Drama Steele, un guionista con fama de conflictivo y violento, tiene que afrontar la difícil tarea de adaptar un best-seller de nula calidad literaria. Casualmente se entera de que Mildred, la chica del guardarropa del club que frecuenta, ha leído la obra en cuestión. Decide entonces llevársela a su casa para que le cuente el argumento. Pero, a la mañana siguiente, la policía se presenta en su casa y le comunica que Mildred ha sido asesinada, ... [+]
23 de junio de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dura, oscura, una de las obras maestras del cine negro. Dirigida por Nicholas Ray en 1950 en ella por un lado aparece una sensual Gloria Grahame, la actriz con más cara de vicio que se ha visto en el cine (puro erotismo), una de las grandes "damas negras" de ese tipo de cine y que está perfecta en su papel: carnal, fría y a la vez vulnerable y cálida. Le da réplica un soberbio Humphery Bogart que borda su papel de guionista un tanto venido a menos y de carácter conflictivo, cínico y un tanto agresivo, un tipo duro, seductor, cínico y atormentado, vamos en la perfecta línea de lo que se espera de Bogart en una película así.

Una película que es a su vez múltiples películas en una sola. En primer lugar es una crítica feroz contra el propio Hollywood: el protagonista es un guionista amargado que no duda en enfrentarse a los productores, directores y estrellas echándoles en cara su falta de profesionalidad. Pero también es una cinta donde aparece uno de los temas preferidos de Nicholas Ray: las dificultades de la pareja para vivir su historia de amor en un entorno hostil, en este caso, la presión de la policía, que cree que Bogart es el asesino de una camarera, no deja que esa convivencia llegue a buen termino. Por último resulta interesante observar como Ray utiliza distintos puntos de vista en la trama, no sólo el del protagonista, sino que a medida que la violencia se hace más patente, el punto de vista de Gloria Grahame cobra importancia y se alterna con el de Bogart hasta la resolución final.

Profundidad a raudales, talento por doquier en esta obra triste, sorprendente, atípica, absolutamente inolvidable, una obra maestra a todos los niveles, una apuesta segura para quién quiera deleitarse con un cine clásico de calidad, inteligente y atrevido, alejado de lo convencional o establecido.
Juan Marey
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