Sé que llego tardísimo al viaje que Marvel propone a lo más profundo de África. Incluso, se que debería haberla visto antes que ‘Infinity War’, pero el personaje no me llamaba tanto la atención como para que considerase que merecía un film para él solo. Mira tú por dónde, a pesar de que no termino de entender el éxito desmesurado que ha tenido (está bien, pero no es para tanto), el viaje ha merecido la pena.

Creo que lo que más merece la pena resaltar de ‘Black Panther’ es eso, el maravilloso mundo de Wakanda, el país más rico del mundo que, paradójicamente, está en África. Allí reina la última tecnología combinada con las creencias generacionales de siempre. Es toda esta parte de introducción al personaje principal donde, realmente, el espectador se siente sorprendido y atraído. Es algo completamente distinto a lo que habitualmente nos había ofrecido Marvel y es por eso que, creo, la cinta ha gustado tantísimo.

Una vez metidos en faena, el buen plantel hace el resto y la película funciona como han funcionado todas las del estudio hasta la fecha. Vuelve a ser una montaña rusa de emociones, con subidas y bajadas, con persecuciones (muy original lo del coche), peleas y el futuro del país por decidir. Aunque ya supiese lo que iba a suceder por el hecho de haber visto la siguiente, el resultado no varía, entretiene de lo lindo su juego de poder (con algo parecido a un juicio por combate).

Sin ser la película definitiva de Marvel (‘Infinity War’ la gana claramente), ‘Black Panther’ me ha sorprendido gratamente y me ha entretenido durante sus más de dos horas de metraje. Tiene cosas que la hacen estar por encima de la media, pero no las veo suficientes como para hacerla sobresalir en el género. Eso sí, volvería a Wakanda encantado.

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