Sin llegar a ser un gran éxito indiscutible de taquilla, ‘Zoolander’ reclutó una auténtica legión de seguidores (entre los que me incluyo) que se divirtieron con las locas y tontas aventuras y desventuras del descerebrado de la moda. Stiller ha tardado en confeccionar una secuela para el disfrute de los fans, y si es cierto que el resultado es discutible y que llega demasiado tarde, también es cierto que las risas están garantizadas.

Viviendo del éxito de aquel film, Stiller cimenta la película sobre los momentos que mejor funcionaban como la mirada acero azul o la amistad entre Derek y Hansel (convirtiendo a este último en un robaescenas). Y si uno ha visto la película original, entenderá perfectamente que un personaje como Derek poco puede sorprendernos… más allá de su estupidez.

Sí que es cierto que, entre tanto gag y el transcurrir de la historia, (en la que llama la atención Adán, Eva y Esteban), parece que Derek queda como un secundario en su propia fiesta y es como si los secundarios de su propio mundo le quitaran protagonismo.

El resultado es una película absurda y tan tonta como el propio Derek, en el que abundan los cameos de famosos y los chistes que la hacen entretenida. ¿Es una digna secuela? Seguramente el tiempo la pondrá en su sitio, como su predecesora. Pero estoy convencido que os sacará más de una sonrisa y os hará reír más de un gag (a destacar la forma que tiene de seguir al helicóptero Hansel, la autoparódica Penélope Cruz, el extraño Benedict Cumberbatch, Justin Bieber o Kiefer Sutherland).

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