Es una lástima que el recuerdo final que me vaya a quedar de ‘A Ciegas (Bird Box)’ es el de “esto ya lo he visto” o “esto ya se ha hecho antes”. Empezando por la clara referencia a aquella obra de Shyamalan de similar punto de partida (básicamente, a la peña le da por quitarse la vida), pero podría seguir por la otra ‘A ciegas’ que estaba basada en una obra de José Saramago. Pero justo durante su desarrollo, me viene a la mente ‘Cargo’, una reciente producción de la propia Netflix en la que en su parte de “viaje a ninguna parte” se parece tanto.

Es decir, demasiadas referencias, demasiados datos como para que ‘A Ciegas’ me pueda ofrecer algo realmente novedoso. Tiene alguna escena realmente curiosa, como el poderoso arranque inicial, pero enseguida se mete de lleno en un terreno farragoso, en demasiados momentos que solo serían explicados si “eso lo ha hecho un mago”.

La única excepción que le encuentro al film y, por lo que de verdad se salva de la quema, es gracias a su actriz protagonista, esforzadísima e implicada Sandra Bullock. Luz y faro de la producción, da la sensación de que seguiríamos a esta heroína hasta el fin del mundo, a pesar de que todo se esté yendo al garete (tanto dentro del film, como al observarlo desde fuera).

Quizás, otro aspecto reseñable, también sea la música de Trent Reznor y Atticus Ross, que funciona hasta que el invento ya no da más de sí.

‘A Ciegas’ es una producción curiosa, una historia sobre la supervivencia del ser humano que no va a pasar a la historia por muchos factores, entre ellos sus agujeros argumentales. Pero gracias a su actriz principal, se puede ver de un tirón sin que haga daño.

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