A pesar de que la sensación final que deja la película es de que, al menos, me ha dejado satisfecho, porque esto no deja de ser más que una película de animación para que los más pequeños de la casa se diviertan con ella, no puedo ocultar una pequeña decepción. Quizás, le pedía mucho más de lo que su argumento inicial me podía dar y no vi venir las señales de que el invento no daba más de sí. O quizás aquí alguien ha metido la pata.

Sea como fuere, ‘Cómo entrenar a tu dragón’ supuso la primera victoria en mucho tiempo para la factoría Dreamworks, que veía como año tras año los chicos de Pixar se llevaban el premio gordo de taquilla y estatuilla. La primera entrega fue una magnífica cinta repleta de personajes carismáticos, repleta de encanto y creatividad. Su secuela, aunque goza de un presupuesto mucho mayor, no llega a la originalidad y, sobre todo, el ritmo de aquella.

Porque el nuevo trabajo de la casa DreamWorks Animation es lenta de narices e incluso por compases un poco cansina y aburrida. Los más pequeños ni se van a dar cuenta de ello pero a los padres de las criaturas se les va a hacer larga. Además, a esta secuela le falta encanto, le falta chispa. Quizás abunda demasiado en su discurso/sermón que la hace demasiado “ñoña”.

A partir de aquí tengo que decir que tengo profundos problemas con la parte del guión, elaborado por su director DeBlois (Sin la habitual compañía de Sanders). Creo que DeBlois se mete en un problema muy gordo con la incursión de un personaje en concreto y que tiene que ver con la familia del protagonista (por no dar muchos detalles). DeBlois quiere sorprender, quiere decirte “mira lo que me saco de la manga y la factura técnica de los dragones” sin darse cuenta de que hace rato que en la película no pasa nada. Y no pasa nada porque en mitad de la película no hay historia. Hay que estirar el argumento para que la película dure una hora y media.

Y no me vengáis con historias como la madurez de los personajes y de la película por que las referencias cinéfilas/modelos mejores son constantes. ¿A nadie le vino ‘Avatar’ a la cabeza en algún tramo de cinta?

Por si fuera poco, a la película le faltan gags. Las bromas disminuyen por que la historia, lo que se nos está contando, es mucho más grande y merece más nuestra atención… cuando no es así. O será que iba con las expectativas demasiado altas.

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