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Voto de Josh Diaz:
9
Drama Carlos es el sastre más prestigioso de Granada. Un hombre respetable. Sus pasiones son el trabajo y sobre todo la comida, pero no come cualquier cosa: se alimenta de mujeres desconocidas, con las que no tiene ningún vínculo emocional. Esa situación cambia el día en que conoce a Nina, una joven rumana que busca desesperadamente a su hermana gemela, que ha desaparecido hace unos días. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2014
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manuel Martín Cuenca ha destacado en el panorama del cine español por hacer películas de autor adultas, profundas y sobrias como "La flaqueza del bolchevique". Después de su última película "La mitad de Óscar", que no tuvo la notoriedad que merecía, estrena la que es su mejor obra. Su contundente título no oculta la característica del protagonista. Desde su excelente plano secuencia inicial en que sigue a alguien, vemos la vida normal de un reputado sastre de una ciudad de provincias: de su trabajo a casa, donde come solamente carne que previamente ha extraído de las mujeres que ha asesinado. El hecho de que no se nos muestre el acto criminal en sí es un acierto en este tipo de película arriesgada sobre todo en su forma. El director hace un ejercicio de vaciado de recursos hasta quedarse en lo esencial en todos los aspectos: escenarios, diálogos, personajes y hasta en los movimientos de cámara. Además, utiliza luces y oscuridad parecidas a la de Caravaggio, en este sentido su apreciada fotografía realizada por el joven leridano Pau Esteve Birba se alzó con el premio en el festival de San Sebastián.
Lo que atrae al espectador de esta historia es que aunque sabemos desde el comienzo las actividades asesinas del personaje principal, el film es contado a través de él, que no tiene ningún remordimiento por sus actos. Cuando aparece un personaje que puede hacer tambalear la existencia del protagonista, gradualmente observamos que se ha enamorado de la hermana de ella, y lo incómodo para el espectador, es que este mismo también pudiera enamorarse de la chica. Los actores contribuyen mucho al interés de la propuesta. Antonio de la Torre consigue una actuación contenida, vaciada de todo exceso, una de las mejores de su carrera. Está bien acompañado por la la revelación del film, la rumana Olimpia Melinte en su doble papel. Contando con alguna escena de terror conseguida y una confesión final que es un acto de amor irreversible, estamos ante una de las películas españolas más importantes del año.
Josh Diaz
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