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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
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Drama
Dos hermanos adolescentes, que alimentan una insana obsesión el uno por el otro, crean un mundo privado en la desordenada habitación que comparten. La intrusión del mundo exterior los llevará a una dramática situación. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo largometraje de Jean-Pierre Melville, "Los niños terribles" -que ése es el título que yo manejo en español- es un film tan literario como su antecesor, "El silencio del mar" (Le silence de la mer, 1949), pero menos interesante, o menos conseguido, así como menos personal, puesto que aquí Melville es fagocitado completamente por una personalidad artística tan arrolladora como la de Jean Cocteau, autor del argumento, y guionista (y gran admirador de "El silencio del mar", además). Hay, así, elementos surrealistas y oníricos-como la secuencia de la expulsión de Dargelos, o un sueño del personaje de Nicole Stéphane-, homosexualidad -aunque tal vez menos que en el cine dirigido por Cocteau- y una atmósfera enrarecida, extraña, puesta en escena con una gran potencia visual, y con una buena técnica fotográfica.
El resultado es sin duda interesante, aunque los diálogos de Cocteau comentando la acción, tan poéticos, son tal vez demasiado poéticos, demasiado pedantes, demasiado pretenciosos. Nicole Stéphane, actriz de extraña y fascinante fotogenia, y que ya trabajaba en "El silencio del mar", se hace con el protagonismo, y con la atención del espectador, desde el mismo momento en el que aparece, dejando eclipsado a un Edouard Dermithe que, sin embargo, es más creíble como adolescente, un adolescente enfermizo enamorado a la vez de un chico (Dargelos) y de una chica (Agathe) interpretados por la misma actriz, Renée Cosima.
Es una película que insinúa y sugiere mucho más, pero mucho más de lo que muestra, por las imposiciones morales de la época. Tal vez por eso, vista hoy, puede parecer poco valiente; y sin embargo, en cierto modo, posee mucho más morbo y libertad que muchas películas supuestamente atrevidas del cine actual.
El resultado es sin duda interesante, aunque los diálogos de Cocteau comentando la acción, tan poéticos, son tal vez demasiado poéticos, demasiado pedantes, demasiado pretenciosos. Nicole Stéphane, actriz de extraña y fascinante fotogenia, y que ya trabajaba en "El silencio del mar", se hace con el protagonismo, y con la atención del espectador, desde el mismo momento en el que aparece, dejando eclipsado a un Edouard Dermithe que, sin embargo, es más creíble como adolescente, un adolescente enfermizo enamorado a la vez de un chico (Dargelos) y de una chica (Agathe) interpretados por la misma actriz, Renée Cosima.
Es una película que insinúa y sugiere mucho más, pero mucho más de lo que muestra, por las imposiciones morales de la época. Tal vez por eso, vista hoy, puede parecer poco valiente; y sin embargo, en cierto modo, posee mucho más morbo y libertad que muchas películas supuestamente atrevidas del cine actual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La secuencia final, con la muerte de los dos hermanos en la mansión, me gusta mucho, tiene mucha fuerza visual y escenográfica, especialmente la muerte de Elisabeth, cuando cae muerta sobre el biombo.