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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8
Drama. Aventuras El gaucho Juan Moreira es encarcelado por reclamar lo que le correspondía. Al ser liberado toma justicia por mano propia y signa definitivamente su destino: persecuciones y muertes. Se suma a las huestes de Alsina y entra en la política de comité. Traicionado se pasa al bando del general Mitre. En medio de estas luchas políticas, del fraude y de las traiciones, librado a su suerte, sólo le quedará una única opción. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2013
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llamada "segunda trilogía" del cineasta argentino Leonardo Favio es más irregular que la primera, pero no por ello carece de interés. Es evidente que, en estas tres películas, Favio trata de dar un nuevo giro a su cine, tratando de acercarlo a las masas, haciéndolo más comercial, más popular, a lo que ayudaban los temas elegidos, la fotografía en color (su primera trilogía está rodada en blanco y negro) y el estilo de la música. Da la impresión de que, frente a la introspección, la severidad y la tristeza de su primera trilogía, en los años 60, Favio busca, en los 70, un cine más extrovertido, más enérgico, y más barroco.

También hay en este cambio posibles factores políticos: si la primera trilogía la realiza Favio, peronista de pro, en unos años -del gobierno democrático de Illia a la dictadura de Onganía- en los que el peronismo está prohibido y perseguido, la segunda trilogía la rueda entre 1972 y 1975, en unos años de retorno al poder de Perón y el peronismo. Aunque tal vez las enormes contradicciones internas del peronismo se asoman a esta segunda trilogía, tan heterogénea en sí misma.

"Juan Moreira" (1973), el primer largometraje de la segunda trilogía de Favio, constituyó un enorme éxito de público, y es un film de gauchos en la línea del "Martín Fierro" (1968) de Leopoldo Torre Nilsson, pero con un giro muy curioso: Moreira, un gaucho matrero y pendenciero, se ve envuelto en las luchas políticas que en los años 70 del siglo XIX dividen a los nacionalistas de Mitre y a los federalistas de Alsina, poniéndose, así, al servicio de unos y de otros, para sobrevivir, y, a la larga, conseguir el tan deseado indulto. Es impresionante la secuencia en la que se describe cómo eran unas elecciones políticas, en medio de una violencia política apabullante, y de un sectarismo político que procede de los caudillismos de la época de la Independencia.

Rodolfo Bebán logra una gran interpretación. Por otro lado, destacan los giros hacia lo onírico, la escenografía, en la que abunda el fuego, y los movimientos de la cámara, con el uso de esos planos cenitales tan queridos por Favio.

Favio muestra una Argentina inmediatamente anterior a la avalancha migratoria de fines del siglo XIX y principios del siglo XX: una Pampa aún bastante salvaje, en la que las "tolderías" de los indios conviven con las "pulperías" de los blancos.

"Juan Moreira" es una estupenda película, tal vez sobredimensionada por la época en que se estrenó, una época en la que esta reflexión sobre la identidad nacional, a través de la figura del gaucho, en un contexto violento en el que el gaucho se vende y traiciona su libertad, se leía seguramente en clave política, enlazando los años 70 del siglo XIX con los años 70 del siglo XX.
Pedro Triguero_Lizana
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