El señor Jordi Bermejo la definió, y con razones de peso, como "un espectáculo de barraca de feria". Permítanme, sobretodo usted, Sr. Bermejo, hacer una redefinición de "La Cuarta Fase": "El esperpéntico y lamentable espectáculo de la más cochambrosa barraca en una feria de mala muerte".

Se nos intentó vender esta película, al igual que "Paranormal Activity" como la nueva revelación del cine de Terror; como esa película que, los asiduos a este tipo de cine, llevamos esperando tantos años; esa ansiada película que nos acongoje, que nos aterre, acojone, perturbe o, directamente, nos jiñe de tan mala manera como para dejar inservibles nuestros pantaloncitos. Guardemos pues los pañales, porque "La cuarta fase", ni acongoja, ni aterra, ni acojona, ni perturba, ni jiña; por no hacer, no provoca nada. Solo hastío. Solo asco. Solo aburrimiento, sopor, modorra; ganas de dejarla a medio ver y ponerse a leer cualquier libro o suplemento del periódico de los domingos.

Olatunde Osunsanmi, ese gran desconocido del mundillo del terror de serie B, se ha revelado como el Tim Allen del género, grabando una soberana chapuza en la que falla todo. Falla el ritmo, falla la narración, falla el inicio, el nudo, el desenlace. La suya es una película tramposa y chabacana, en donde los clichés del estilo se mezclan con el tufo infecto y repugnante del peor cine de Terror de esta década, con referentes de inmunda feria pueblerina como "Muerte de una cazafantasmas" o "Exorcismo en Connecticut". Por otra parte, las regresiones y la mezcla de las chistosas escenas fictícias con las todavía más chistosas escenas (supuestamente) reales no hacen más que quitar puntos al producto. Una buena mano quizás hubiera sabido sacar jugo de una historia que, aparentemente, no puede dar demasiado de si. Pero claro, el bueno de Osunsanmi tenía una mano en la cartera y la otra en la entrepierna, así que no nos pille por sorpresa este producto MAJADERO, DESCAFEINADO y tremendamente MEDIOCRE.

(sigue en el "Spoiler"):