El director Richard Loncraine, nos ofrece un film descaradamente orientado a la taquilla que en realidad tiene un claro referente en la obra de William Wyler "Horas desesperadas", en la que cuenta con Harrison Ford como princiapal baza. Ford interpreta a Jack Stanfield, el quie unos criminales (encabezados por Paul Bettany) han secuestrado a su familia con el fin de obligarle a robar a su propia empresa.

El film no ofrece grandes novedades excepto un amplio muestrario de novedades tecnológicas, de las que se sirven los malos de turno para controlar al protagonista, así como de los trucos que emplea éste para intentar liberar a su familia. Harrison Ford nos ofrece la enésima interpretación de un padre de familia que tiene que defender a los suyos, papel que al que ya le hemos visto en innumerables ocasiones, lo que hace sospechar que sus dotes interpretativas (teniendo en cuenta que cimentó su fama en dos personajes como Han Solo e Indiana Jones más activos que dramáticos) están agotadas, y de los secundarios, Paul Bettany no pasa por ser un malo más del cine de Hollywood sin ofrecernos nada especial, y Virginia Madsen cumple sin esfuerzo en el papel de sufrida (y secuestrada) mujer de Ford. El film se deja ver, sin excesivas estridencias.

El director busca más el suspense de la situación en la que se encuentra el protagonista, que no la acción, los efectos especiales y los tiroteos, conduciendo el film por los derroteros marcos de hacer lucirse (o al menos intentarlo) a su estrella principal.