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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
6
Comedia Inglaterra, años 60. Narra la historia de Radio Rock, una emisora pirata. En 1966, la BBC sólo emitía dos horas de rock and roll a la semana. Pero la Radio Rock, que inundaba el país de rock y pop 24 horas al día, consiguió una audiencia de 25 millones de personas, más de la mitad de la población. Cuando Carl (Tom Sturridge) es expulsado del colegio, su madre lo manda a pasar una temporada con su padrino Quentin (Bill Nighy), que es el ... [+]
5 de septiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El punto de partida del film es un hecho real, que tuvo lugar en los años 60 momento en que la música rock estaba en plena ebullición, pero las instituciones todavían la consideraban como una influencia perniciosa para la juventud, por lo que la difusión de esta música por las radios era excesivamente restringida. Sin embargo, un puñado de visionarios se encargó de corregir este déficit, emitiendo dicha música desde un barco para eludir a las autoridades.

Alrededor de esta anécdota real Richard Curtis construye un larguísimo largometraje que girará alrededor de la vida, obra y "milagros" del variopinto grupo de disc-jockeys que pueblan el barco. El hilo conductor de todos ellos será el joven Carl (Tom Sturridge), enviado allí por su madre, con la finalidad de "enderezar el rumbo", y será allí donde vivirá todo tipo de experiencias. Curtis no parece preocuparse en exceso de seguir un hilo argumental más o menos coherente, limitando el film a una sucesión de "gags" divertidos, que tienen como protagonistas los diferentes personajes que pueblan el barco (entre los que reconocemos las caras de Philip Seymour Hoffman, Billy Nighy, Rhys Ifans, Nick Frost), y que versan sobre temas excesivamente recurrentes como el sexo, las drogas, el alcohol, la juerga, y desde luego el rock'n roll.

Los estereotipos y clichés están presentes en todo momento, ofreciendo al público una visión tan romántica del hecho como poco realista, y excesivamente edulcorada de forma que pueda ser tamizada en clave cómica. El realizador no se conforma con ilustrar musicalmente algunas de las escenas que tienen lugar en el barco, sino que además Curtis dedica una buena parte del metraje a mostrar pequeñas escenas cotidianas, de los oyentes habituales de la radio pirata, algo que se hace excesivamente cansino a lo largo de las dos horas y pico que dura el film. A diferencia de su anterior film, "Love actually", donde resolvía todas las pequeñas subtramas que jalonaban el relato, en esta ocasión no parece importarle tanto, confiando en la música, y en las payasadas de sus personajes, quienes realmente debieron pasárselo bastante bien durante el rodaje, ya que saben transmitir en la pantalla cierta sensación de "buen rollo", y en ocasiones parece más bien que estén improvisando más que actuando.

Lo peor del film es sin duda el inserto donde aparece el representante del gobierno que hace de la ilegalidad de la radio pirata una cruzada personal. No tanto por la interpretación de Kenneth Branagh (que no es el caso), sino por la excesiva simplicidad con que se le retrata (ese bigotillo le delata claramente) y arbitrariedad con que aparece y desaparece del film, casi sin venir a cuento, y que parece cumplír únicamente el papel de contrapunto odioso que legitima y eleva a la cataegoría de héroes a los dj's piratas. Otro tema es el doblaje, sobretodo en lo que se refiere al apellido de su colaborador (Julay).
manulynk
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