El hermano de Ridley, Tony, empezó a ser conocido como director grácias a films como este, donde, se combina la acción y el romance con un corte claramente comercial. Kevin Costner, interpreta a un piloto de la marina de los Estados Unidos, el cual va a pasar unos días a la hacienda de un viejo conocido mexicano (interpretado por Anthony Quinn. Las vacaciones tomarán un giro inesperado cuando Costner se enamora de la bellísima y joven mujer de Quinn (interpretado por Madeleine Stowe), y éstos sean descubiertos. El marido ofendido dará un buen escarmiento a la pareja adúltera.

Scott consigue realizar un film de esos en que las pasiones humanas se desbordan, rodando excelentes y tórridas escenas entre Coster y Stowe, para posteriormente dar un giro al film y convertirlo en un film de venganzas. No se puede pedir más, amor y odio conjugados en la misma película. Tony Scott consigue realizar un film efectivo, con los meros ingredientes de las citadas pasiones humanas, pocos efectos especiales, y unos paisajes casi desérticos. Aún así, consiguió captar el interés del espectador grácias a la fuerza de la historia que nos cuenta. Destacar muy por encima del resto la interpretación de Quinn demostrando el gran actor que fue.