Más de 10 años y cuatro partes (más un curioso corto dirigido por el propio Diesel) han pasado por encima de una saga que quizás debió quedarse en su película inicial. En el fondo, los diferentes cambios, con una tercera parte en la que no intervenían ninguno de los protagonistas, han beneficiado el resurgir de la franquicia. Tal como la habían dejado, era difícil hacerlo peor. Así, tras una cuarta parte que levantaba el vuelo, la confirmación ha llegado con la quinta entrega.

De nuevo es Justin Lin el encargado de un film cuya acción se traslada a Brasil, en la que el equipo original, encabezado por Vin Diesel y Paul Walker, se enfrenta a un mafioso local (interpretado por Joaquim de Almeida), mientras son perseguidos por un implacable agente (Dwayne Johnson). El realizador, responsable de la tercera y cuarta entrega, parece haberse dado cuenta que la trama, tal como se planteaba prácticamente desde la primera parte, ya no daba para más, por lo que decide convertirla en una película de acción pura y dura, en la que las carreras de coches van perdiendo su importancia. De hecho, el film me recuerda en mucho momentos a "Ocean's eleven" por aquello que un grupo de "especialistas" planea dar un golpe sonado. Por cierto que el grupo son interpretados por anteriores personajes aparecidos a lo largo de las anteriores secuelas (Tyrese Gibson, Sung Kang, Matt Schulze, Gal Gadot, Tego Calderon, Don Omar), por lo que de alguna forma, y con la excepción del personaje de Michelle Rodríguez, Lin intenta dar una coherencia de conjunto a toda la saga con esta reunión de "all stars".

No se puede negar que el film es adrenalina en estado puro que engancha rápidamente. Lin construye un grandioso espectáculo de acción y entretenimiento a la altura de los mejores "blockbusters" de los últimos años consiguiendo levantar una serie que parecia en la UVI, e incluso atreviéndose a anticipar una sexta parte (esperar al final de los títulos de crédito antes de salir corriendo del cine). Hay algún pero? Depende como se mire. Los que quedaron enganchados con la primera parte, cuyos diálogos hacían las delicias de cualquier aficionado al motor, quizás queden un tanto decepcionados ya que el tema del motor ha reducido su importancia dentro del film. No faltan persecuciones, ni carreras, la última espectacular, pero quedan mucho más integradas en una trama más general, más amplia, y también más ambiciosa en la que también hay espacio para un cara a cara entre Diesel y Johnson. Otra cuestión, totalmente fuera de lugar, es pedir grandes interpretaciones, o pedir coherencia y realismo a una película de estas características. El que busque entretenimiento, sin duda lo encontrará aquí.