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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Drama. Bélico En septiembre de 1939 Polonia fue invadida: por el Oeste por las tropas de Hitler y por el Este por el Ejército Rojo. En la primavera de 1940, por orden expresa de Stalin, 22.000 oficiales polacos (uno de ellos el padre del propio Wajda) fueron asesinados de un tiro en la nuca y enterrados en fosas comunes. En Katyn (nombre de un bosque cercano a Kiev, en Ucrania) se narran los últimos días de estos oficiales y de sus familias y de su ... [+]
7 de diciembre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador polaco, Andrej Wajda, siguiendo la línea revisionista que corren en los nuevos tiempos, ha realizado una película totalmente desmitifacadora, cuyo principal objetivo es destapar una verdad que había quedado oculta por la propaganda. Nos referimos a la matanza de Katyn, en la que unos 15.000 oficiales polacos fueron ejecutados por las tropas soviéticas. Sin embargo, el gobierno de Stalin, una vez derrotados los nazis, les endosó la autoría de esta matanza a ellos.

La intención de Wajda (cuyo padre fue uno de esos oficiales asesinados) es sobretodo esclarecer la verdad mostrándola en todo su crudo realismo, pero sin un ánimo excesivamente revanchista, sino que en el aspecto que incide especialmente es en el propagandístico. Para ello, artícula su película en dos grandes bloques: por un lado las víctimas "efectivas" de la masacre, es decir, los oficiales polacos, prisioneros del ejército rojo desde el mismo arranque de la guerra, y asesinados unos meses después, para después ser objeto de la propaganda, primero nazi, y posteriormente de los vencedores quienes aprovecharon ese hecho para sacarse de encima la autoría. Y por el otro lado, los familiares de dichos oficiales, víctimas de una mentira, que tienen que tragarse debido a su condición de pueblo sometido. A través de un puñado de historias individuales, Wajda elabora un fresco que nos da una idea del conjunto.

Llama la atención el distanciamiento con que Wajda nos cuenta la historia de los oficiales de Katyn y de sus familiares supervivientes a una ocupación nazi primero y soviética después. En este sentido, es ejemplar el arranque del film, en el que una multitud huye de Varsovia ante el avance de los alemanes y se encuentran en un puente con otra multitud que huye del avance de los soviéticos. De esta forma, ya nos podemos dar una idea bien ajustada sobre la situación de un país condenado a ser ocupado por unos o por otros, viendose privado de la libertad, permanentemente sometido a unos extranjeros, quienes no dudan en ejercer la violencia sobre ellos.

Pese a que Wajda trata de huir de maniqueismos, y de revanchismos históricos, es inevitable ponerse de parte del grupo de familiares de los oficiales polacos asesinados, que tienen que vivir primero con la incertidumbre de su destino, y luego con la mentira que la propaganda ha divulgado. También queda claro que la intención del realizador es atacar justamente esa mentira, que se mantuvo mientras los soviéticos estuvieron dominando el país, y que sólo ahora, 70 años después se ha conseguido esclarecer la verdad.

Por último, señalar la estremecedora forma que tiene Wajda de filmar el destino final de los oficiales polacos, los cuales acaban asumiendo su destino con resignación, pero también con horror. No es una obra maestra, pero sí es una película necesaria, para no olvidar, para cerrar una herida abierta, y sobretodo para esclarecer unos hechos intoxicados por una propaganda interesada.
manulynk
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