Voy a empezar diciendo lo que no me gusta: en mi vida he visto otra película donde sobre tanto la historia de amor. Que encima es debilucha como ella sola.

Durante la segunda guerra mundial el capitán de un barco, que no cuidaba mucho la disciplina, es sustituido por otro, Queeg, que es el otro extremo. Esto solo ya daría lugar a situaciones complicadas. Pero además Queeg comienza a dar señales de paranoia.

Los tres personajes principales están interpretados por Humphrey Bogart, Fred MacMurray y Van Johnson. El primero sorprenderá a más de uno como el capitán Queeg. El segundo se encarga del oficial que tira la piedra y esconde la mano. El tercero interpreta al segundo de a bordo, que actúa con honradez a despecho de cualquier consecuencia.

El motín tiene lugar en el "Caine" y su responsabilidad es colectiva, pero no son los presentes los únicos culpables. Seguro que Queeg ya dio muestras de inestabilidad en misiones anteriores, pero nadie dio la voz de alarma, o se dio y todo quedó en agua de borrajas. Hasta que un día estalla la tormenta. Algo parecido a lo sucedido con la crisis que padecemos, en España más que en otros países.

Mi momento preferido es la secuencia casi final, con el abogado defensor cantando las cuarenta al verdadero amotinador del "Caine".