No está nada mal esta muestra de cine negro, en color. basado en la novela de Ira Levin.
Desde luego, cumple con todos los requisitos del género y está realizado con eficacia y buen uso de la tensión narrativa, con algunos golpes de efecto que aumentan la emoción.
Un muchacho ambicioso y sin escrúpulos, planea el " suicidio" de su novia, a la que ha dejado embarazada y no sabe cómo quitársela de encima, ya que le entorpece en su camino de éxito y ascenso social. Pero la hermana de ésta, no quedará satisfecha con el veredicto de suicidio y meterá las narices.
El guion resulta un pelín forzado en algunos tramos,en el que el proceso de investigación se revela poco natural por momentos.
Como nosotros los espectadores, conocemos al asesino desde el primer momento, somos testigos de la tarea de investigación y, a ratos, quedamos sorprendidos por la torpeza de la policía y de la chica, mientras que otras veces, nos admiramos por la excelente intuición de la muchacha.
Pero el ritmo y la tensión está muy bien llevada. Oswald nos regala, además, algunos magníficos golpes de efecto que producen nerviosismo en el espectador provocando un suspense muy bien llevado.
El conjunto, a mi modo de ver, es muy meritorio. Una intrigante cinta muy correcta que garantiza un buen rato para morderte las uñas. Si no eres tiquismiquis la disfrutarás.