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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
5
Comedia Tres secretarias de una importante empresa comercial trabajan a las órdenes de un jefe particularmente despótico y egoísta. Todas sueñan con vengarse de él y, casualmente, acaban consiguiéndolo. Secuestrado el jefe en su propia casa, las tres secretarias aprovechan para efectuar radicales cambios en la oficina. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película debió resultar un gran éxito de taquilla en su época, 1980.

Un film feminista y de denuncia, en clave de comedia, que aireaba y satirizaba, con gran parte de verdad, las condiciones laborales bajo las cuales trabajaban las mujeres entonces, casi siempre relegadas a puestos inferiores dentro de una empresa tales como su condición de secretarias e invisibilizados brazos derechos de sus, muy a menudo, ineptos jefes masculinos, promocionados antes que ellas tan sólo por gozar del privilegio de tener un pene (y, quizá, un título universitario que todavía, ellas, no habían tenido ocasión de alcanzar en su mayoría) y a los cuales ellas habían tenido que formar en la empresa, para ver cómo luego les pasaban por encima a dar órdenes y a aguantar sus impertinencias.

El comienzo de la película resulta muy ilustrativo con el enfoque de esa sección de la empresa repleta de mesas de oficina, a la manera de lo que observamos en la película "El apartamento" que, sin embargo, está compuesta casi en su totalidad por personal femenino, mientras que los despachos particulares de encargados y jefes de secciones, lo ocupan hombres, lo que nos da una idea de eso que se ha dado en llamar "techo de cristal", es decir, las mujeres hacía ya tiempo que estaban incorporadas por completo en el mercado laboral pero les iba a resultar imposible sobrepasar esa condición y ascender a un alto cargo por mucha veteranía, experiencia, eficiencia y sabiduría demostraran.
Tal y como se argumenta en alguna ocasión en el film- "Los clientes se sienten más cómodos tratando de negocios con otros hombres" y es por eso que la mujer debía permanecer en la sombra, invisible, haciendo y deshaciendo sí, pero sin que nadie en el exterior lo supiera.
Para dar cuenta de todo ello la película cuenta con tres prototipos de mujer que van a representar los problemas a los que se veían abocadas muchas mujeres.
-Jane Fonda es la novata. Recién divorciada, siempre ha ejercido de ama de casa y éste es su primer empleo. Le costará adaptarse y su jefe apenas tendrá miramientos ni compasión por ella cuando cometa errores, tratándola de tonta e incapaz.
-Lily Tomlin. El personaje más desarrollado. Viuda, con cuatro hijos que mantener, una gran veterana y enormemente imprescindible en el funcionamiento del cotarro. Espera con paciencia su oportunidad de ascenso mientras forma a becarios imberbes que luego le pasarán por encima. Está ya muy quemada y a punto de estallar.
-Y !atención!, Dolly Parton. Va a representar a la acosada por el jefe, todo un gañán, que esquiva con mucha mano izquierda las embestidas del encargado porque necesita el empleo y por eso no le manda directamente a paseo. Además de soportar eso, deberá aguantar también ser el centro de los cuchicheos del personal que la consideran su amante y sufrir por ello cierto bulling laboral por parte de sus compañeros.
También cabe mencionar el pequeño papel que ejerce una cuarta, la pelota chivata, la trepa traidora que cumple su función en la empresa suministrando información confidencial de los empleados para ganarse unos puntos. La mezquina.
Como ven estamos ante todo un drama social bastante fidedigno en cuanto a situaciones reales.
Pero han decidido presentarlo bajo el aspecto de una comedia bastante surrealista y ahí es donde yo creo que empieza a patinar.
Es muy difícil enfocar una película tan discursiva y aleccionadora como ésta, pretendiendo al tiempo desbarrar por las fantasías locas de la parodia sin que se resienta el conjunto.
Las protagonistas se verán envueltas en un enredo cuando crean haber envenenado por error al jefe, lo que dará paso a momentos que podrían ser descacharrantes si la película no languideciera por falta de ritmo, comicidad mal llevada y bastantes escenas largas y reiteradas que no aportan nada, lastrando un conjunto que, en vez de divertido, llega a resultar pesado, haciendo que un metraje muy normal (110 minutos), parezca mucho más largo.

Aun así hay que aplaudir la intención que subyace de visibilizar una problemática, de una forma que me parece bastante más honesta que la tira de películas que recogerían el testigo después y que tiran para atrás por la cantidad de manipulación e insinceridad con la que son tratadas.
Al fin y al cabo, eso de eliminar al jefe, es un sueño universal ¿no?.
Izeta
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