Magnífica película de temática bélica que, inexplicablemente, se encuentra en el rincón de las desconocidas u olvidadas.
Con una gran interpretación del gran Gregory Peck y una solvente dirección del siempre correcto Henry King, la película nos cuentan las tribulaciones de una compañía de pilotos americanos en una base naval en Inglaterra en 1942, cuando EEUU recién se había incorporado a la II Guerra Mundial y la victoria no sólo estaba muy lejana, sino que era totalmente incierta.
Las primeras escuadrillas allí enviadas, habían encadenado varios fracasos en sus misiones, por lo que los pilotos estaban desmoralizados y la cobardía y el desánimo empezaban a asomar.
Frank Savage ( Gregory Peck), es allí enviado para relevar al antiguo comandante y utilizará unos métodos y una estrategia opuesta a la de su antiguo compañero, que aunque le granjeará muchas antipatías, la eficacia de los resultados pronto se harán patentes.
Película más centrada en los aspectos psicológicos de los combatientes, la capacidad de liderazgo y la reflexión acerca de la capacidad de resistencia del hombre ante situaciones límite, resulta una cinta muy estimable con un guion magnífico que atrapa toda la atención, poniendo todo el foco en el aspecto humanista de los hombres que arriesgan su vida en una guerra, sin saber bien la razón o el sentido de ella.
Sólo al final tiene unas cuantas escenas bélicas, cogidas directamente de documentos reales del conflicto bélico, con lo que quizá ésa sea la razón por la que la cinta esté tan injustamente olvidada.
Pues si es así, es una gran equivocación. Este film tiene los suficientes elementos para constituirse en una obra de gran interés por el tratamiento que hace del aspecto psicológico de los pilotos de combate.
Muchos otros films han tratado el mismo tema mucho después y de forma más efectista e histriónica y se han llevado nuestros aplausos.
Ésta, en un tono contenido y sin aspavientos,pero con la misma franqueza sino más, nos habla de lo mismo.
La diferencia que yo veo con respecto a otras más modernas es que ésta, hace gala de una sutilidad y contención que las versiones modernas no poseen, donde nos muestran a soldados con el síndrome de estrés postraumático, convertidos en paranoicos, psicóticos y demás.
Esta película de 1949, difícilmente nos va a mostrar eso, ya que todavía no tenían la menor noción de lo que era eso (como mucho lo llamaban fatiga de guerra), sin embargo ya apunta seriamente, las consecuencias de la gran tensión psicológica a la que estaban sometidos los soldados. Creo que por ello, bien merece una revisión.