Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
8
Western. Intriga Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido ... [+]
3 de mayo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ex-militar convertido en cazarrecompensas. Un renegado sureño que ahora es sheriff. Un viejo general confederado. Un verdugo inglés. Un cowboy de rancho. Un duro cazarrecompensas. Una peligrosa forajida prisionera del anterior. Un mejicano que se encarga de la mercería donde todos han de pasar la noche a causa de una tormenta...
Ocho individuos que tienen como objetivo llegar al pueblo de Red Rock. Pero la pregunta es: ¿alguno logrará salir vivo de ahí?

Conocí a Quentin Tarantino en mi adolescencia. Mi padre, gran fan de todas las obras de este hombre, me llevó a ver "Death Proof" al cine (menuda tardecita pasé), y tras descubrir "Reservoir Dogs" en VHS mi cabeza explotó y decidí que tenía que ser director de cine; así, película tras película, supe que aquel joven formado en las trincheras de un videoclub de barrio, convertido, por virajes del destino, en cineasta, acabaría siendo mi ídolo. Imagínense el entusiasmo cuando salió en 2.016 su nuevo trabajo: otra película del Oeste...pero en los tráilers no parecía ser igual de disparatado y esperpéntico que "Django Desencadenado", sino un "western" oscuro y descarnado.
Sería, realmente, su homenaje definitivo al género con el que creció, pues ya es de sobra conocido que Tarantino pilló sus mayores influencias del "western". Y aunque en un principio pensara en realizar una secuela de Django, acabó anunciando que su octavo proyecto como director llevaría por nombre "Los Odiosos Ocho". Enfocando el salvaje Oeste desde una manera diametralmente opuesta a como lo hizo en su anterior film, aunque sin duda desmitificadora, esta que nos ocupa es la condensación de todas las influencias del director con respecto al género.

Los podridos individuos que se encuentran las caras en la mercería de Minnie, la cual va a ser escenario de una serie de atroces acontecimientos, serían dignos de ocupar cualquiera de los crepusculares "westerns" de Sam Peckinpah, Don Siegel o John Huston, mientras que esa introspección en la psicología y en el pasado de los personajes remite a Anthony Mann y John Sturges, de quien también se hereda el uso del suspense, que es lo más destacado, porque la intriga de esta historia se construye en base a dos elementos clave: una tormenta de nieve y una mercería en mitad de la nada.
Tarantino coge a sus ocho protagonistas, conectados de algún modo, y al igual que hacia John Carpenter en "La Cosa" (podemos escuchar algunos temas de la película), los encierra en un lugar, con lo que, mediante avanza la trama y las diferencias crecen entre ellos, el ambiente se va tensando, se hace cada vez más asfixiante, porque sin duda, no tienen ninguna escapatoria salvo la muerte. Esta intriga viene infundada por los secretos de los personajes y cómo, poco a poco, se van desvelando, además de por ese toque tan "hitchcockiano" que da el misterio de quién envenenó el café (el veneno fue uno de los más utilizados recursos del inglés).

Tarantino filma en espectacular UltraPanavision para captar el Oeste de una manera trágica, barroca y fascinante, y además le sirve para rendir tributo a los films de Mann (cuyos arranques mostraban aquellos inmensos paisajes naturales de montañas tan típicamente americanos). Aparte de eso y de ofrecer sus respetos al mediterráneo "spaghetti western", lo que se refuerza por la gran banda sonora de Sergio Leone, el director no abandona sus habituales recursos cinematográficos (tiene tiempo de homenajearse: atención a la marca de cigarrillos), ni su desordenada narrativa en capítulos, ni sus escenas con largas conversaciones precediendo a la matanza, ni por supuesto el uso del humor negro más retorcido (lo de la tortura al hijo del general Smithers tiene tela...) y políticamente incorrecto y de la violencia extrema.
La mayoría del mérito de la película recae en el plantel de actores, donde tenemos a colaboradores anteriores del director como Kurt Russell, Walton Goggins, Michael Madsen, Tim Roth, Samuel Jackson (cuyo personaje lleva el nombre de uno de los genios del "western" de serie "B", Charles Marquis Warren), James Parks y hasta Zoë Bell compartiendo pantalla con los geniales Jennifer Jason Leigh (cuyo personaje revolverá las tripas de las feministas), Demian Bichir y el mítico Bruce Dern, cada uno de ellos brindando actuaciones absolutamente magistrales, aunque los que llevan la batuta son los impagables Russell y Jackson.

En definitiva, un "western" en estado puro, el más grande de los que se han realizado en el panorama del cine actual y, desde mi humilde opinión, la mejor película de Tarantino desde "Pulp Fiction".
El director nos invita a sentarnos al calor fuego, oír las tantas anécdotas que se reservan esos interesantes personajes...y esperar tranquilamente a que la lluvia de balas agujeré las paredes, la sangre tiña el suelo de rojo y los cadáveres empiecen a amontonarse en la estancia.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow