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Voto de Chris Jiménez:
2
Acción. Fantástico. Ciencia ficción Minya, el hijo de Godzilla, se encuentra en una isla donde las luchas por el poder son terribles ya que otro monstruo, Gabera, amenaza al rey y a su vástago. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo asfixiado por los gases contaminantes de las chimeneas de las fábricas, símbolo de la industrialización, por el incremento de delincuencia y de la crueldad infantil, por el desapego paterno...el único lugar seguro en el que se puede refugiar un niño son sus sueños...
¡Y si es al lado de Godzilla mejor que mejor!

Si bien "Invasión Extrarrestre", con el regreso de Ishiro Honda a la saga de Godzilla, podría haber supuesto el broche de oro perfecto para ella, los señores de Toho no cesaron en su manía de seguir reinventando las aventuras del saurio debido a la buena respuesta en taquilla. Pero las cosas habían cambiado; la competencia de las "kaiju-eiga" era tan grande a finales de los '60 que el público estaba ya perdiendo interés, por otro lado Gamera, pese al escaso presupuesto de sus películas, atraía a gente (mayormente padres con hijos) a las salas, y para colmo las series de televisión explotaban de mejor manera lo que antes ofrecía el cine.
Dicho y hecho. Se reclama en la compañía la presencia de Honda, quien, aunque hasta la coronilla de los films de Godzilla, se amolda a la propuesta que idea Shinichi Sekizawa...¿pero qué es lo que se inventa exactamente? Ya que eran los niños el principal interés de la rival Daiei, ahí decidieron apuntar también en Toho, destinando la nueva hazaña de su monstruo estrella a un programa llamado Toho Champion Festival, consistente en ofrecer series, dibujos animados y retocar todos sus "kaiju-eiga" para el público infantil.

Por eso mismo "Oru Kaiju Daishingeki" se estrenaría a finales de Diciembre, un producto perfecto para fechas de Navidad; otro aspecto importante fue el descenso del presupuesto y la imposibilidad del genio Eiji Tsuburaya de participar como encargado de los efectos, por su cada vez peor estado de salud y sus compromisos en televisión. Honda, con la sola supervisión del anterior, tuvo que administrarlos como pudo bajo su mando, además de reducirse el personal de rodaje. Un interesante punto de partida: tenemos a un niño (Ichiro) atrapado en el Japón del "boom" económico y de la alta criminalidad, solo y desamparado.
Maltratado por sus compañeros y sin padres que lo consuelen, como muchos de su edad (un afable vecino hará de abuelo sustitutivo), opta por abandonar su mundo real y habitar el de la fantasía; la idea nos recordará a la de "La Historia Interminable", sólo que ésta llega quince años antes. Por supuesto es vital ver esta historia con los ojos de un niño, como sucede con todos los films de aventuras protagonizados por ellos, pero lo propuesto por Sekizawa, además de hacer por primera vez que los monstruos de Toho sean sólo cosa de fantasía, nos da pocas opciones de aceptación. Una vez más, ¿qué se inventa aquí exactamente?

Nada en absoluto, pues se coge la mitad de secuencias de otras entregas de la saga y se regurgita lo ocurrido en la horrible "El Hijo de Godzilla", que dirigía Jun Fukuda; lo peor de todo es que al niño no se le concede una historia propia en esta aventura, le basta con ver reflejado todo su mundo real en los acontecimientos que suceden en esa isla plagada de miles de criaturas. Y Godzilla únicamente aparece liquidándolas (que tengo que intuir que son villanos) mientras da lecciones a su hijo sobre cómo hacerlo...escenas durante las cuales un servidor prefería taparse los ojos para no contemplar tamaña muestra de ridiculez.
Paralelamente, ya que lo de la isla viene de un argumento reciclado, se introduce una intriga donde dos ladrones se cruzan por casualidad con Ichiro y le secuestran; se suponía que los enemigos eran unos niños acosadores, pero éstos aparecen porque sí, y demostrando su extrema torpeza y estupidez contra las "ingeniosas" artimañas del pequeño...que también tengo que creerme. El escaso metraje lo dice todo, aquí no había entusiasmo para nuevas ideas; lo peor del asunto es que Toho obligó a rodar un epílogo muy imbécil al pobre Honda, quien prefería terminar con un final más melancólico y realista (en Zona Spoiler).

Lejos de este desastre que fue recibido con la mayor de las indiferencias, mola (porque sí, porque mola) ver a Godzilla derribar a tantos y tantos enemigos imaginarios, incluso batallar con los viles humanos (no olvidemos que la bestia se volvió buena). El elenco, con Hideyo Amamoto en un extraño papel no malvado y Yoshifumi Tajima apareciendo por última vez en la saga hasta su muy tardío regreso, no merece ni recordarse.
Para colmo de males, el 25 de Enero de 1.970, un mes después del pobre estreno del film, Tsuburaya fallece de un ataque al corazón dejando un tremendo vacío en el género, en la compañía y sobre todo en Honda, quien cree que las peripecias de Godzilla han de acabar definitivamente...por desgracia no será así, pero él ya no estará allí para verlo; tardará mucho en volver, y cuando lo haga será por última vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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