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Voto de Chris Jiménez:
6
Comedia. Acción Nick Lang es un famoso actor que necesita desesperadamente acabar con su imagen cinematográfica de niño bueno. Piensa que conseguirá un papel de valiente detective de homicidios si logra hacerlo en la vida real. Con ese objetivo, Lang se va de Hollywood a pasar unas semanas en las calles de Nueva York con el detective John Moss. Moss es un enérgico policía que se toma su trabajo muy en serio. Ahora le sigue la pista a un despiadado ... [+]
20 de marzo de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno es el policía más duro, irascible, caradura y con más mala leche del departamento de New York. El otro es uno de los actores más famosos, ricos y prestigiosos del momento.
El que estos dos individuos tan distintos lleguen a cruzar sus vidas sería, como poco, imposible, pero el destino así lo quiere, con lo que se formará la pareja de agentes más pintoresca y descacharrante que ha existido.

Recién llegado de degustar las mieles del éxito gracias al bombazo de "Dos Pájaros a Tiro", Badham parecía el más indicado para hacerse cargo del guión Daniel Pyne y Lem Dobbs que el productor Rob Cohen le había ofrecido, dispuesto a colaborar de nuevo con él, pues significaba una apuesta segura en taquilla. Y es que, si algo posee este director es un don para el entretenimiento, por muy manidas o insustanciales que parezcan sus propuestas; su cine es un cine comercial, fácil de consumir y asimilar, hecho para ganar dinero y dar espectáculo al público, y tal objetivo siempre lo ha sabido cumplir.
Desde que Walter Hill le diera el empujón al género con "Límite: 48 horas" a principios de los '80 no cesaban de aparecer títulos a diestro y siniestro en las pantallas ("Danko: Calor Rojo", "El Último Boy Scout", "El Principiante"...), algunos mejores que otros, pero todos con la sana intención de hacernos pasar un rato emocionante y divertido, encontrando en "Arma Letal" y su secuela (la 3.ª baja un poco el nivel) las mejores muestras. El director John Badham también había contribuido al mundillo de las "buddy movies"; su "Procedimiento Ilegal" consiguió una gran recaudación y hasta sacó una segunda parte.

"The Hard Way" juega con la misma baza de "Dos Pájaros a Tiro", y es contar con una pareja atractiva y carismática para el público (aunque superar a la compuesta por Mel Gibson y Goldie Hawn es difícil). Por un lado tenemos al teniente John Moss, un agente cínico, fanfarrón, que hace las cosas a su manera y que lleva de cabeza a su capitán por utilizar unos métodos tan poco ortodoxos. Su misión es detener a un asesino psicópata que está sembrando el pánico en la ciudad, a quien apodan "El Aguafiestas".
Pese a fracasar en su intento de capturarle no se dará por vencido...aunque ese no será el menor de sus problemas, ya que justo en mitad del caso sus superiores le ordenan proteger a Nick Lang, un famoso actor de cine de acción que ya está harto de hacer los mismos papeles de héroe estereotipado con los que se le ha acabado encasillado. El propósito de Nick es lograr interpretar un personaje serio en una película de verdad, y la oportunidad le llega con el guión de un drama policial, pero para meterse en la piel de un policía deberá saber cómo vive y trabaja uno de verdad, y el primero en el que piensa es Moss.

Así que a este último, a la vez que prosigue su investigación para atrapar al "Aguafiestas", no le queda más remedio que ocuparse de Nick como si fuera su compañero e instruirle a través del peligroso y poco glamuroso mundo del crimen, y lo hará por el camino más duro. La película se inicia de manera clásica: la clásica pareja de policías en mitad del clásico atasco, con el clásico agente enfadado y chulo que hace lo que le da la gana porque para eso tiene placa y una pistola, cuando de repente aparece el clásico psicópata chiflado y arma la de Dios en la ciudad.
El tiroteo, la persecución, la destrucción material...todo muy clásico, ¿no?, pero claro, es que estamos ante una "buddy movie" americana de los '90, con lo que los ingredientes ya nos los sabemos de sobra. En este caso tenemos a Michael J. Fox y James Woods, dos de los actores más conocidos del momento, haciendo lo posible por llevarse bien...no obstante su química no está tan bien lograda, y lo peor es que los personajes se hacen irritantes, no caen bien hasta pasada más de la mitad del metraje, justo cuando empezamos a conocerlos y ahondar en sus respectivas vidas y sentimientos.

El resto es un serie de secuencias de acción a cada cual más impactante acompañadas de unos disparatados diálogos, terminando por ser todo una parodia del mismo género en el que está enmarcada la película. Vaya par de actores que tenemos a la cabeza. James Woods hace de James Woods, para no variar; es decir, de capullo soberbio y chulo, que se le da de perlas. En el otro extremo, Fox da vida a uno de sus personajes más enervantes, nada que ver con su simpático Marty McFly.
Les siguen un Stephen Lang correcto como psicópata ido de la olla, Annabella Sciorra más atractiva que de costumbre (no la recordaba así en "La Mano que Mece la Cuna"), ese LL Cool J. al que es la mar de fácil reconocer y, como curiosidad, ahí tenemos a un joven Mos Def y a una todavía más joven Christina Ricci, que sale hecha una niña, vaya.

Con grandes momentos como el duelo final y el tiroteo en el cine, los mejores, de hecho, Badham nos ofrece un entretenido espectáculo sin más pretensiones, el cual se disfruta mejor en compañía de una pizza y una coca-cola.
Chris Jiménez
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