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Voto de Chris Jiménez:
8
Cine negro. Intriga Ned Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, lleva una vida normal hasta que conoce a Matty Walker (Kathleen Turner), una tentadora y sensual mujer casada con un rico hombre de negocios (Richard Crenna). Ned pronto se da cuenta de que Matty es la clase de mujer por la que un hombre sería capaz de todo... (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una noche calurosa, en pleno Estado de Florida...
El abogado Ned Racine observa por la ventana, a lo lejos un gran incendio consume los cimientos de un hotel, pero parece realmente que en la habitación se siente el calor del fuego.

El fuego, presente desde los mismísimos créditos iniciales, es el que recorre toda la película, literal y metafóricamente. Y a partir de que Ned conozca a la bellísima y agresiva Matty Walker la temperatura del ambiente se irá incrementando hasta fundirlos a ambos en un abrasador y peligroso romance...del que él no podrá escapar. Los '80 vivían una renovación con respecto al "thriller". Brian DePalma había hecho honores a su mentor Alfred Hitchcock estrenando "Vestida para Matar" el mismo año en que comenzaba la década. Así se iniciaba otro tipo de cine de suspense alejado de los habituales policíacos y de carga sociopolítica que imperaban en los '70.
De algún modo se recuperaba la esencia más clásica del cine negro pero añadiéndole un toque más provocativo, más sensual, más erótico, más intimista, sin por ello romper los más estereotipados esquemas. El "neo-noir" se elevaba a otros niveles, y en aquella prolífica década pudimos disfrutar de auténticas perlas del género como "Kill me Again", "Atracción Fatal", el debut de los Coen "Sangre, Fácil", la rompedora "Terciopelo Azul", la española "El Crack" o, en este caso la que nos ocupa, "Fuego en el Cuerpo", convertida en una de las más representativas de su época.

El responsable de la misma, y con la que inició una carrera donde se encuentran grandes títulos como "Silverado" o "El Turista Accidental", fue Lawrence Kasdan. El que fuera guionista de auténticos taquillazos (no se pueden encontrar mejores palabras que los describan) como las dos partes de "Star Wars", "El Imperio Contraataca" y "El Retorno del Jedi", y "En Busca del Arca Perdida", decidió reciclarse en director y hacer la película que siempre había querido. Y su punto de mira estaba situado en los ámbitos del cine negro. Así nos contaba la historia del abogado Ned, que, como todo pardillo que se precie, cae en las redes de la "femme fatale" de turno con gran facilidad.
El romance que inician, a espaldas del marido de ésta, les lleva a tomar medidas drásticas, y una de ellas es preparar el asesinato del cónyuge; todo está concienzudamente estudiado, aunque los compañeros de Ned tienen sus muy comprensibles sospechas. Pero de repente empiezan a pasar cosas, salen a la luz detalles que enmarañan la situación, y el protagonista no sabe realmente donde se ha ido a meter...pues ni más ni menos que en la trampa de una mujer fatal. Y es que, como nos enseñó Robert Siodmak (en "El Abrazo de la Muerte") o Fritz Lang (en "Perversidad"), las mujeres nunca son lo que aparentan ser.

Como se puede ver las premisas de la película son harto conocidas por los aficionados al cine negro, y eso es innegable. Es la historia de siempre (tanto en la realidad como en la ficción): la mujer manipuladora que utiliza al imbécil que se ha prendado de ella para sus codiciosos fines. La trama se nutre de clásicos como "Perdición" y "Retorno al Pasado" e introduce al espectador en una serie de trampas desconcertantes, mientras que la atmósfera se llena de erotismo y el fuego pasional que pulula por cada uno de sus fotogramas. "Fuego en el Cuerpo" no es sólo intrincado y retorcido suspense, sino pura sensualidad; Kasdan baña el ambiente con sudor, con calor, incluso en los diálogos hay escondido un doble sentido de lo más erótico.
En parte la culpable es esa Kathleen Turner, una moderna Ava Gardner o Rita Hayworth, que enamoró a todos con su magnética presencia, entre frágil, apasionada y perversa, quedando para la posteridad como una de las más atractivas divas de la Historia del cine, la encargada de llevar por el camino de la amargura a un William Hurt en uno de los mejores papeles de su carrera (y que poco tenía que ver con el pazguato que interpretaba en "El Ojo Mentiroso"), un personaje con el que es fácil identificarse, porque, ¿qué hombre sería capaz de resistirse a Turner?

A la pareja la acompañan Ted Danson, Kim Zimmer, un jovencísimo Mickey Rourke (que siendo como él era es curioso que su personaje sea el que mejor aconseja a Ned), y el que sería el coronel Sam Trautman de "Acorralado", Richard Crenna.
Kasdan se ganó el aplauso del público y de la crítica sin problemas y logró, con su habilidosa combinación de suspense, sexo, romance, drama y humor negro, crear una de las obras más significativas del género de la recién iniciada década. La llama de "Fuego en el Cuerpo" no parece que vaya a apagarse, aunque lleve casi cuarenta años encendida, sobre todo gracias a la calidez de Kathleen Turner.

...la llama de un "thriller" que es capaz de consumir cualquiera de hoy en día destinado a ser llamado "muy provocativo" por el público (como la estupidez esa de "50 Sombras de Grey", por ejemplo).
Chris Jiménez
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