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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Pete Quilliam (Carl Brisson) es pescador, y su gran amigo desde la infancia, Philip Christian (Malcom Keen), quien ahora ejerce como abogado, viajan a la Isla de Man, donde Philip ha conseguido empleo a su amigo. La hija del empleador es una preciosa chica llamada Kate Cregeen (Anny Ondra) y, al conocerla, ambos amigos quedan prendados de ella, pero ante la efusividad y la atención que ella le presta a Pete, el abogado decide guardar ... [+]
2 de abril de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La isla de Man (Manx) está localizada en el mar irlandés entre Irlanda e Inglaterra. La mayoría de sus habitantes habla en inglés, pero existe un cierto número de personas que habla una lengua de origen indoeuropeo conocida como Manx. A ellos se les llama ‘la gente Manx’, y de ellos hizo parte el novelista y dramaturgo, Thomas Henry Hall Caine (1853-1931), autor que se hizo muy popular con los pasionales triángulos amorosos de los que hablaba en varias de sus novelas, las cuales firmaba solo como Hall Caine. Aunque fue varias veces tentado para que perteneciera a varios grupos políticos de derecha, él solía hacerse a un lado porque prefería la amistad de los que reivindicaban las ideas socialistas.

Entre los libros que publicó Hall Caine, uno de los más vendidos (medio millón de copias) y traducido a 12 idiomas, fue “The Manxman” (1894), aunque más vendida aún sería, “El cristiano” (1897). primera novela inglesa en haber vendido un millón de copias. Esta última, sería la primera novela autorizada por el autor para ser llevada al cine en 1915, y al año siguiente, se haría una primera versión de “The manxman” que obtuvo aceptables resultados.

En 1928, sería el director, Alfred Hitchcock, quien se animaría con una segunda versión cinematográfica de la novela, para lo cual se trasladó a La isla de man, queriendo rodar allí la película… pero su relación con el escritor no consiguió mantenerse en términos cordiales, así que, a mitad de camino, Hitchcock se vio abocado a trasladar el equipo a Cornwall, donde rodó lo que aún faltaba. Después, Hall Caine expresaría su inconformidad con el que fuera el último filme silente de Hitchcock… y el director tampoco quedó contento con el resultado.

A mi manera de ver, ambos personajes pueden ser justificados por diferentes razones. El escritor podría alegar que al filme le falta pasión y fuerza dramática en una historia marcada por el sufrimiento y por un sólido romance de gran intensidad. Y Hitchcock podría argüir que se le fueron las luces en la puesta en escena, pues varias situaciones resultaron decididamente teatrales. Podríamos añadir que, por momentos, la actuación de Carl Brisson resulta un tanto cursi y artificial, pero contra todo, la historia está llena de interés; los tres personajes envueltos en el doloroso conflicto, consiguen ponernos de su parte, metiéndonos en el gran lío de ¿a quién darle la razón? y. además, esa gran altura con la que cada uno maneja las situaciones en las que se ve envuelto, nos da cuenta de unos seres maduros y civilizados que, casi un siglo después de rodado este filme, siguen resultando ejemplares y dignos del mayor aprecio.

La actriz polaca, Anny Ondra, nos atrapa con su encanto y coquetería, y la manera como su personaje (Kate Cregeen) asume los hechos –aunque, ahora, esa suerte de problemas cualquier mujer los enfrentaría con menos escrúpulos-, contiene una innata rebeldía, pero ella se verá doblegada por las convenciones sociales y por el respeto a la palabra que, por aquel entonces, era sagrada para toda persona digna.

Michael Keen, también luce muy ajustado como el abogado Philip Christian (hay alusiones en este nombre), dispuesto a hacer cumplir la ley y por supuesto su palabra, aunque en el fondo quizás sienta que, la palabra más que los hechos, ha pesado en su manera de asumir la existencia. ¡Cuánto me hubiera gustado saber lo que dijo al padre de Kate, en aquella ocasión en que Pete Quilliam le pidió que hablara por él!

Con un poco menos de teatralidad y más pasión, quizás “EL HOMBRE DE LA ISLA DE MAN”, hubiese sido una inolvidable historia de amor. ¡Ah! Y si acaso tienes una novia linda, evita encargar a tu mejor amigo de que la cuide para ti. Esto conlleva una prohibición que suele revertir ciertos impulsos... y podría ocurrir que termine cuidándola para él.
Luis Guillermo Cardona
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