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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Cine negro Película fundacional del cine de gángsters. 'Bull' Weed es un asaltante que tiene por única virtud el coraje. 'Rolls Royce' Wensel es un abogado talentoso, pero sumido en el alcoholismo y la indigencia. Una noche, tras un atraco, los dos se encuentran en medio de una calle, y la amistad nacerá entre ambos. Weed lo sacará de la miseria en la que vive, mientras que 'Rolls Royce' lo ayudará con su talento a ascender rapidamente en el mundo ... [+]
21 de noviembre de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los mejores sentimientos pueden encontrarse donde menos se imagina. Lo he experimentado directamente desde hace muchos años cuando visitaba a viejos amigos, y aún en la actualidad cuando, por labores pertinentes a mi profesión, se me da la ocasión de visitar los más diversos sectores de la ciudad. Ya no se habla de los bajos fondos o del bajo mundo, ahora nos referimos a sectores de alta peligrosidad porque es allí donde se encuentran aquellos seres humanos que padecen carencias de todo tipo y que han asumido el dinero como un objetivo que hay que obtener a costa de lo que sea (prostitución, droga, crimen, extorsión, atraco…).

Pero allí, en medio del resentimiento, de la desconfianza, de la mirada malintencionada… también fluyen, cada tanto, poderosos sentimientos de solidaridad, dignidad y afecto. A fin de cuentas, éstos son seres descarriados pero, su hálito de divinidad, aún sigue latente a la espera de una bella oportunidad que le permita salir a flote.

No es, pues, iluso el planteamiento que hace el maestro, Josef von Sternberg, en esta gallarda y espléndida película que escribieran, Jules Furthman y Ben Hecht. Lo que él ve y siente -que de seguro tuvo aquí, como en todas sus obras, un fuerte peso-, apunta al entendimiento supremo, y sobre todo, a su ferviente deseo de extraer la grandeza que hay en todo ser humano.

Sternberg, sabe como muy pocos del amor y de la luz, y ambos poderes fluyen en ésta película como un manantial, como un torrente inagotable que trae consigo toda la fuerza interior de aquellos seres que, puestos al margen de la ley, parecieran carecer de sentimientos y de todo aura. Pero, “Bull” Weed (efectivamente interpretado por, George Bancroft), “Feathers” McCoy (una bella y sensitiva, Evelyn Brent) y “Rolls Royce” (el controlado, Clive Brook), constituyen un trío que nos llega al alma y nos sustrae el mayor de los aprecios con ese comportamiento donde prima la rectitud, el respeto a la amistad, y la comprensión de cosas trascendentales que, en ocasiones, llegan a nuestro entendimiento cuando se está tocando fondo. Para todos ellos, hay una suerte de epifanía que les permite ver la luz, y hace de la amistad y del amor un sentimiento sublime que les permite -y nos permite- sentirnos grandes y orgullosos de pertenecer a la humanidad.

Fuerte inspiradora de las subsiguientes historias de gánsteres que se dieron posteriormente en el cine, <<LA LEY DEL HAMPA>>, parece un western citadino, con unos antihéroes puestos en el nuevo curso de los tiempos, pero poseedores de una sapiencia heredada de tiempos remotos.

Frases como, “No podemos engañarle. Se lo debemos todo”, “Ves, me has enseñado a ser decente” o “En esta hora he aprendido más que en todas las horas de mi vida”, dan fe del fluir de una decencia que se encuentra al final del camino, actuando bajo presión y aún a costa de ellos mismos... y contra todo lo que ocurre, hay un triunfo de la dignidad y del hombre en toda su dimensión.
Luis Guillermo Cardona
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