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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia y adolescencia, que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo intentando sobrevivir en diferentes situaciones. Durante todo ese tiempo, Chiron tendrá que hacer frente a la drogadicción de su madre y al violento ambiente de su colegio y su barrio. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si logramos conectar con la suerte de situaciones por las que pasa Chiron, desde el mismo momento en que lo conocemos como un niño frágil al que se le deniega un hogar bien constituido, una madre digna y un padre que consiga fortalecer su carácter, será muy fácil que consigamos comprender que, palpables, se dan en él la suerte de situaciones por las que atraviesan incontados miembros de las minorías raciales -y otros tantos de niveles más posicionados-, en todo este ancho, maravilloso, pero corrugado planeta, por el obtuso pensar, decir y hacer de la especie humana. Son seres que parecieran marcados para sufrir, para ser eternas víctimas de la exclusión, la prepotencia y la ignorancia… y cuando, al fin, eligen senderos equivocados que, al menos aseguran su supervivencia, seguimos sintiendo que nada tuvimos que ver y que, es su esencia, la que los lleva por espinosos destinos.

Juan -el cubano al que llaman Blue desde que una anciana le dijo que, “con la luz de la luna los chicos negros se ven azules”-, es alguien que, se adivina, ya hizo el recorrido que ahora hace Chiron, y por eso quizás, ese deseo ferviente de ayudarlo a ser alguien y habilitarlo para la vida. Más, Chiron, va a tener que enfrentarse a trascendentales ausencias, y con su fragilidad de carácter, también a determinar que camino seguir con los impulsos de su libido.

Basada en la autobiografía de Tarell Alvin McCraney, “In Moonlight Black Boys Look Blue”, en la que centra su atención en el complejo desarrollo de un hombre que, desde niño, padeció las dificultades de un padre inexistente, una madre adicta a los psicoactivos, y un fuerte matoneo en el colegio, el guion -con algunas variables que el autor de la obra acogió plenamente-, fue escrito por el propio director, Barry Jenkins, quien pudo haber sumado algunas experiencias personales, tan verosímiles como lo contado por McCraney.

Impacta la manera como, Chiron, parte de escasas posibilidades en un mundo hostil donde el mal ejemplo cunde para él por donde mire y donde se encuentre, pero, bajo presión y con alguna escasa ayuda, quizás vaya sintiendo la necesidad, y la capacidad, de tomar partido en procura de su propia identidad.

Con una creativa composición de planos psicológicos de amplia significación e imponiendo un estilo novedoso en su manera de contar el drama, Jenkins borda un filme lleno de autenticidad y de significado que, sumado a las creíbles y muy emotivas actuaciones del ajustadísimo conjunto actoral, da como resultado una historia que alcanzará mayor trascendencia de la obtenida hasta ahora, pues, los premios Oscar a Mejor Película, Mejor Guion Adaptado y Mejor Actor de Reparto, son apenas uno de los muchos reconocimientos que se merece.

Para la eterna memoria: La especial mirada de Alex R. Hibbert (Chiron pequeño) que consigue sensibilizarnos y llegarnos muy, pero muy adentro, y la eficaz presencia de Naomie Harris (Paula), la clase de madre que suele complicar, o a veces aniquilar, el adecuado desarrollo de ese gran tesoro llamado hijo.

¡Mucho habrá de lamentar la sociedad en pleno, si llegase a ocurrir que, esta apertura a una visión más amplia, sensata y comprometidamente humana que tuvo lugar desde que comenzase La Era Obama, llegara a perderse! La evolución no puede dar marcha atrás, pues, la Unicidad es entre todos… ¡o no la alcanzaremos jamás!

Título para Latinoamérica: LUZ DE LUNA
Luis Guillermo Cardona
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