Pigmalión, era un talentoso escultor que -según cuenta la mitología griega- rechazaba cualquier compromiso con las mujeres… pero, cierto día, comenzó a esculpir la figura de una muchacha a la que dedicó mucho tiempo y con la que se esmeró cuanto pudo, obteniendo como resultado la más bella escultura que hubiera moldeado en su vida. Fascinado con su Galatea -como él la llamó-, Pigmalión terminó extraña y hondamente enamorado de ella y, Venus, la diosa del amor, conmovida con el talentoso artista, sopló un día sobre la escultura y la convirtió en una mujer de carne y hueso que pasaría a ser la esposa del artista. ¡Para el amor no hay nada imposible!

Partiendo, de nuevo, de esta idea, el mangaka Yoshiie Gōda, creó su serie, Kūki Ningyō (Muñeca de Aire), la cual aparecería en la revista Biggu Komikku Orijinaru. La historia seinen -dirigida al público masculino… y a quien pueda interesar- despertó el interés del director, Hirokazu Koreeda, y lo que éste nos brinda es una poética metáfora sobre la cosificación de la mujer y la manera como muchos hombres calman su soledad.

Como la Galatea de Pigmalión, también aquí el amor todo lo puede… y la muñeca inflable -usada como recipiente sexual por un hombre que suple con ella el vacío que le ha dejado su exnovia- se convertirá en una atractiva mujer que pronto tendrá su propio corazón. Sin importar cómo, la muñeca adquiere el conocimiento suficiente como para obtener empleo en una tienda de vídeos de alquiler y allí conocerá el amor con un compañero de labores.

Lo que sucede, intentará dar respuesta a la pregunta, ¿Qué significa ser humano?, que se hacía Koreeda, y yo diría que también busca dar respuesta a ¿Qué significan para los hombres las mujeres en una sociedad egocéntrica como la que padecemos hoy?

El director japonés, se sirve de significativas metáforas: La muñeca que se resiste a ser descubierta como ser humano por el hombre que la posee… el novio insuflando aire a Nozomi para reanimarla… el intercambio de aliento que se traduce en desgracia… las florecillas de luz que flotan en el aire… y el filme irradia una sensible magia y poesía ante la que no se logra permanecer indiferente.

Con gran plasticidad, Doona Bae, cumple a cabalidad con su rol de muñeca sustituta y el suyo constituirá el ejemplo de mujer al que los hombres -con apenas alguna excepción- no ven de otra manera que como, ser de uso, al que se quiere para funciones muy precisas y bastante reducidas... y reductoras de la esencia femenina. Por su parte, Itsuji Itao, es la clase de hombre apocado que poco se esfuerza y menos aún cree en sí mismo, y entonces suple sus necesidades sexuales pagando por sexo o copulando con una muñeca inerte… y así, cosifica a la mujer y, cada día, se confirma, a sí mismo, como un incompetente en las magníficas artes de la seducción.

Título para Latinoamérica: <<MUÑECA INFLABLE>>