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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Iris King, una mujer que acaba de enviudar, trabaja duramente para sacar adelante a sus dos hijos. Un día, al salir de la fábrica, es asaltada por un carterista, pero un hombre acude en su ayuda. Se trata de una persona acomplejada e insociable que no sabe leer ni escribir, razón por la cual acaba siendo despedido de su trabajo. Entonces será Iris quien le ofrezca su ayuda. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con su trilogía: Union Street (1982), Blow your house down (1984) y Liza’s England (1986), Pat Barker se ganó en Inglaterra el calificativo de escritora ‘sólo para mujeres’, pues, en ellas, tuvo como protagonistas a obreras y prostitutas, cuyas vidas están demarcadas por la violencia intrafamiliar y las dificultades económicas. Hija de una mujer que quedó embarazada en una noche de juerga y jamás supo quién era el padre, Patricia Drake (su nombre de pila) se levantó apareciendo en sociedad como hermana de su madre y durante un buen tiempo vivieron en casa de los abuelos maternos en condiciones económicas bastante difíciles. Fue, en ese tiempo, cuando al casarse con el neurólogo y profesor David Barker, tomó su apellido al conseguir publicar sus primeras novelas.

“Union Street”, intercala las historias de siete trabajadoras que viven en condiciones muy difíciles en la Inglaterra del siglo XX, y en principio, la novela fue rechazada por los editores quienes se justificaban tildándola de ‘desoladora y depresiva’. Pero, Barker persistió hasta que una amiga le sugirió a un editor feminista, y finalmente la novela se publicó con una notable acogida que se incrementó cuando, Martin Ritt, uno de los directores más consecuentes con la problemática obrera, decidió llevarla al cine en 1989.

Una vez más, el guion es de los apreciados Irving Ravetch y Harriet Frank Jr., quienes se basaron muy libremente en la novela de Barker, para poner de tú a tú a una obrera y a un cocinero que luchan por sobrevivir. Ella, Iris King, es la obrera de una panadería que, además de vivir en limitadas condiciones con sus dos hijos, ahora se le han sumado su hermana y su esposo, que se encuentran en peores condiciones. Él, Stanley Cox, es el cocinero de la misma empresa, y cuando se conozcan, sus vidas se verán unidas por muy diversas y poderosas razones.

Ritt, borda su filme con excelentes detalles que, poco a poco, van tomando forma, de tal manera que logramos comprender lo que, en principio, quizás nos pareciera actitudes de mal gusto e improcedencias de personalidad. Se prueba aquí que, el conocimiento cambia los criterios y que los prejuicios suelen ser errados, y así, una nueva propuesta de entendimiento del mundo y la sociedad, se va tejiendo de manera responsable y bien interesante.

Iris (magníficamente representada por Jane Fonda, más bella que nunca), es la suerte de mujer sensata y tolerante, que consigue percibir lo que, de muy valioso, hay en el fondo de aquel imprevisible cocinero. Stanley (Robert de Niro con su habitual carisma) es el hombre solitario e insociable que, de pronto siente que hay alguien en el mundo en quien se puede confiar.

Es la lucha de la mujer por ocupar un lugar digno, y la lucha del hombre por poder alcanzar las muchas y grandes cosas que viene anhelando año tras año. Y quedará claro que, es el esfuerzo individual el que puede elevar al individuo, en aquellas naciones donde los gobiernos siempre dan prelación a los intereses de los que detentan el poder.

“STANLEY AND IRIS”, ha concedido a Martin Ritt, la posibilidad de una muy digna despedida, siendo ésta la suerte de película que demuestra la necesidad absoluta de erradicar el analfabetismo del mundo.

Para Ritt, mi profundo respeto y mi más alta admiración.
Luis Guillermo Cardona
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