Ganadora del premio a Mejor Opera Prima en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (La Habana, Cuba), <<LA SIRGA>>, fue la primera película colombiana en tener su estreno vía Internet, logrando cerca de 150.000 espectadores durante la proyección. Rodada en la laguna La Cocha (Nariño), la película es protagonizada por una de las tantísimas víctimas del desplazamiento forzoso en Colombia, Joghis Seudyn Arias, quien con su personaje, Alicia, sintió revivir los dolorosos y angustiantes hechos padecidos durante su infancia y adolescencia.

Se trata aquí de una joven que, al ser asaltada e incendiada su casa… y asesinados sus padres, comienza a vagar por los campos sin saber a dónde dirigirse, hasta que, desmayada, es recogida por un joven barquero que la lleva a casa de su tío Óscar, cuyo nombre mencionó mientras deliraba. Don Óscar, está en el empeño de convertir su casa (construida sobre un pantano) en un hostal, y enseguida, acoge a Alicia quien se muestra dispuesta a ayudar en el proceso de transformación de ese espacio llamado, La Sirga, quizás en alusión a lo que, en navegación fluvial se conoce como cabo (o lazo) con el que se arrastran las embarcaciones tirando desde tierra.

La novel actriz se vio abocada a un valioso esfuerzo interpretativo, pues, el carácter retraído de su personaje que carga con una profunda tristeza, resultaba muy contrastante con su personalidad extrovertida y alegre, pero, la opción de contar, de cierta manera, su propia vida facilitó las cosas, y trabajando casi sin un guion, pudo contarlas a su manera con la venia del director, William Vega.

La trama, muy contenida en sus aspectos narrativos, se guarda ciertas puntadas que van creando un aire de tensión con el que se dan indicios de que se avecina una nueva tragedia donde una vez más, Alicia podría ser la víctima. Pero, por otro lado, una historia de amor a tres bandas se va desenvolviendo gradualmente, pues, los hombres que están en derredor, comienzan a sentirse motivados por esa chica que, sin pretensión alguna, despierta tentaciones. Al final, quizás nos llevemos una sorpresa en todo este juego de imágenes donde poco hacen falta las palabras… y una suerte de valores que parecieran olvidados, es posible que florezcan y, a su manera, alienten la esperanza.

Como complemento, Vega juega con una diciente metáfora haciendo que su personaje actúe en ciertas noches como sonámbula, y caminando hacia la entrada de la casa con una vela encendida, la entierre luego en el agua del pantano, siendo, quizás, esa luz que, la sensible muchacha, no logra preservar encendida. La trama y la ambientación de, <<LA SIRGA>>, producen una magia especial, y el filme se sigue con verdadero interés. Al final, uno siente que, William Vega, puede ser un realizador con futuro.