En 1975 el realizador francés Jean-Charles Tacchella dirigió una comedia romántica que llevó por título “Cousin Cousine”, interpretada por Marie-Christine Barrault (Un Amor de Swann) y Victor Lanoux (Día de Perros). Su arrasador éxito contribuyó a que Hollywood se apegará en esa film nominándolo a tres Oscar (incluyendo mejor guión). Y no fue obstáculo para que Joel Schumacher, intentado quitarse las palomitas de encima después de la buena acogida taquillera de “St. Elmo Punto de Encuentro” (St. Elmo´s Fire, 1985) y “Jovenes Ocultos” (The Lost Boys, 1987) se animara a preparar un remake de ésa simpática producción gala.

Y el toque Schumacher se nota en un film típicamente yanqui, sin concesiones a las diatribas del cine europea como tendría que ser, dogma incumplido por los profesionales norteamericanos (empezando por los productores) no respetan por temor a malas acogidas por un amplio público de nivel intelectual medio tirando a bajo. Schumacher solamente cede a las interpretaciones en la variedad de su reparto (desde el televisivo Ted Danson, la deseada Rossellini entonces pareja de David Lynch, la mediocre Sean Young con la misma cara de replicante de siempre, un desconocido William Petersen mucho antes de diseccionar cuerpos y, cómo no, la veteranía agradecida de actores como el patriarca de los Bridges, Lloyd o la argentina Norma Aleandro).

La película empieza con una boda familiar. En ella se reúnen después de mucho tiempos toda clase de parientes: padres, hermanos, tíos, primos… Punto de encuentro de dos almas unidas por sus propios destinos pero separadas por el egoísmo de sus respectivas parejas. Adivinen: Danson y Rossellini, primos y amigos hasta que su relación se fortalece. Una historia romántica como cualquier otra pero que gana en el peso de sus interpretaciones. Pese a tratarse de una revisión.