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Voto de Natxo Borràs:
2
3,9
304
30 de octubre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La productora Troma no solamente manufacturó casquerías en Estados Unidos del tipo “El Vengador Tóxico” (The Toxic Avenger, 1985), o “Mutantes en la Universidad” (Class of Nuke´Em High, 1986), ideadas por Lloyd Kaufman donde la comedia se ensalzaba de sangre, ácido, escupitajos y palabrotas para mayor gloria de los aficionados a reírse de la mediocridad añadida a propósito.
Bélgica es la aventura europea de la productora para llevar a cabo una historia que, aparentemente, está ambientada en Inglaterra. Y donde los parientes de una acaudalada familia se reúnen en la que podría ser su Última cena anual con las tías-abuelas puritanas, cristianas, solteras y de buen corazón que solo con reunir a sus sobrinos, se sienten satisfechas de un acomodado calor familiar. Pero por intereses, hay una herencia de por medio y dichos sobrinos, hombres de negocios, traficantes de armas o lesbianas reprimidas entre ellos, van a lo que van. Menos uno que, repudiado por su extraña actitud, les manda un regalo especial. Una caja de pandora que poseerá a las pobres señoras transformándolas en posesas criaturas del Mal, dispuestas a aniquilar una saga familiar hambrienta de dinero y codicia.
Sin desquitarse de la comedia con elementos “gore”, “Abuelas Rabiosas” ya se sentencia como un producto risible y destinado para pasar un buen rato de las sucesivas secuencias, y malas, y no morir en el intento de quedarse dormido en el sofá.
Bélgica es la aventura europea de la productora para llevar a cabo una historia que, aparentemente, está ambientada en Inglaterra. Y donde los parientes de una acaudalada familia se reúnen en la que podría ser su Última cena anual con las tías-abuelas puritanas, cristianas, solteras y de buen corazón que solo con reunir a sus sobrinos, se sienten satisfechas de un acomodado calor familiar. Pero por intereses, hay una herencia de por medio y dichos sobrinos, hombres de negocios, traficantes de armas o lesbianas reprimidas entre ellos, van a lo que van. Menos uno que, repudiado por su extraña actitud, les manda un regalo especial. Una caja de pandora que poseerá a las pobres señoras transformándolas en posesas criaturas del Mal, dispuestas a aniquilar una saga familiar hambrienta de dinero y codicia.
Sin desquitarse de la comedia con elementos “gore”, “Abuelas Rabiosas” ya se sentencia como un producto risible y destinado para pasar un buen rato de las sucesivas secuencias, y malas, y no morir en el intento de quedarse dormido en el sofá.