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Voto de Natxo Borràs:
4
Drama Nuevas aventuras tanto personales como deportivas del boxeador Rocky Balboa, que en esta ocasión debe enfrentarse a un duro y frío boxeador soviético, llamado Ivan Drago. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta entrega de la serie que tanta fama propició a Sylvester Stallone nueve años antes y que su perfil en la ficción se traduce nuevo en “El Potro Italiano”, nuevamente con el título de Campeón del Mundo de los Pesos Pesados en su haber y reafirmada su amistad con quien fuera su antiguo rival Apollo Creed (Carl Weathers).

Rocky vive a lo grande paseando con su Lamborghini y disfrutando en su mansión con su esposa Adrian (Talia Shire), el hijo de ambos, Rocky Jr. (Rocky Krakoff), el huraño cuñado Paulie (Burt Young) y un robot que les hace de sirvienta ocasional.

La película previsiblemente empieza con un nuevo desafío que se irá desarrollando a lo largo de la hora y media de metraje. Y es que la Política del Telón de Acero interviene cuando los rusos deciden hacer acto de presencia para medir su fuerza con los norteamericanos en lo que un principio parece un estrecho acercamiento a modo de enfrentamiento deportivo de carácter amistoso y escenificado con la presencia de James Brown y su “Living in America” (lo único remarcable de la película).

El problema empieza a surgir, como es de temer, en la figura de los rusos: y es que han entrenado a Ivan Drago (Dolph Lundgren), un capitán del Ejército entrenado a base de computadoras, con cara de pocos amigos y dispuesto a matar si hace falta con todo lo que le entorpezca por delante. Apoyado por su bellísima esposa Ludmilla (Brigitte Nielsen) una campeona de natación, Drago está dispuesto a enfrentarse a Apollo Creed frente a las dudas de Rocky que cree que, aunque no son tiempos de arrojar la toalla todavía, empiezan a tener una edad y que es mejor disfrutar de la veteranía de los viejos luchadores a sucumbir a un enfrentamiento que puede resultar fatal.

Es tal vez la más popular de las películas de Rocky y que, nuevamente, Sylvester Stallone se encargó de dirigir (con la exitosa primera secuela de Rambo a sus espaldas que dirigió George Pan Cosmatos). Gozando de entera fama por parte del público, que no de la crítica, “Sly” popularizó al actor sueco y especialista en artes marciales, Dolph Lundgren (que por esa época era novio de la también tremendamente escultural y atlética modelo jamaicana Grace Jones) y a la danesa Brigitte Nielsen con quien el intérprete de Rambo se casaría instantáneamente. Moda y modos de los ochenta.
Natxo Borràs
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