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Voto de Natxo Borràs:
6
Acción. Drama. Thriller Popeye Doyle, un rudo policía de Nueva York, llega a Marsella con la intención de capturar a Charnier, un peligroso y escurridizo traficante de heroína que opera desde Francia. Tiene el deber de colaborar con la policía local, pero su carácter impetuoso lo empuja a actuar por su cuenta. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el final abierto que nos “regaló” Willioam Friedkin en ese sensacional chute de adrenalína que fue “The French Connection” (1971), un gran especialista del género como John Frankenheimer, viendo que como franquícia podía continuar por un buen camino, se afianzó de una más que aceptable continuación en que ya toda la acción se desarrolla en la bulliciosa y ruidosa ciudad portuaria de Marsella.

Y en esa Francia mediterrania aparece Popeye Doyle (Gene Hackman) desde América dispuesto a dar caza a su deuda pendiente: al escurridizo Charnier (Fernando Rey) con la ayuda de un agente de narcóticos local Bernard Fresson) que limita las posibilidades de que los métodos poco ortodoxos de su colega norteamericano puedan salirse de madre. Lógicamente eso no ocurre pero el director de “El Mensajero del Miedo” (The Manchurian Candidate, 1962) se toma su tiempo atormentando al personaje que interpreta a Gene Hackman a un encuentro más que tortuoso con la propia heroína en una larga escena en que es retenido por sus archiuenenigos narcotraficantes y sometido a la prueba de la vena.

El film a momentos es tedioso y no posee el ritmo del anterior rodado por Friedkin aunque merce la pensa visionar por sus más que interesantes escenas de acción que muestran una vez más el talento de un director como Frankenheimer que, un par de décadas más tarde, se pasearía de nuevo por territorio galo con la notable “Ronin” (1998).
Natxo Borràs
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