Los Juegos Olímpicos de Invierno que se disputaron en la ciudad canadiense de Calgary en 1988 tomaron relevancia por la anecdótica participación de Jamaica en la modalidad de Bobsleigh: un arriesgado deporte que consiste en que sus miembros se impulsan con un trineo por el hielo hasta alcanzar las cotas de velocidad más rápidas, teniendo en cuenta también las peligrosas curvas de hielo y el control que ejercen sobre el trineo para llegar a la línea de meta en el menor tiempo posible. El hecho de que un país tropical estuviera presente en unos juegos de invierno fue objeto de una asombrosa repercusión mediática que hoy en día sigue siendo objeto de comentarios pese a que Jamaica tiene un puesto respetable dentro de esa modalidad.

Walt Disney Pictures no desaprovechó la oportunidad para sacar jugo de ésa entonces peculiar anécdota contando con la dirección de John Turteltaub (Fenomenon; el Chico) añadiéndole ficción a un relato de superación entre cuatro jóvenes jamaicanos y su entrenador americano. La historia de Derice (Leon), Sanka (Doug E. Doug), Junior (Rawle D. Lewis) y Yul (Malik Yoba) es equiparable al de su entrenador, (John Candy) un hombre que se dedica al negocio de las apuestas y con un oscuro pasado como competidor de “Bolsbeigh”. Aunque, en el caso real, fueron los americanos que motivaron a los jamaicanos (seleccionaron a varios candidatos del Ejército) , aquí sucede lo contrario, son los isleños (tras una desastrosa carrera clasificatoria los Juegos Olímpicos) quienes animan a su futuro entrenador. El resto es sabido en éste tipo de productos; momentos cómicos, momentos entrañables, emoción y sudor… Pero del frío.