Como si el cuadro de un drama familiar se tratase la propuesta a la americana del director surcoreano Chan-Wook Park, director de la celebrada trilogía de “Sympathy for Mr. Vengeance” (Boksuneun Naui Geot, 2002) secundada inmediatamente por “Old Boy” (2003) y “Sympathy for Lady Vengeance” (Chinjeolhan geunjassi, 2005) así como también co-director de la notable “Three Extremes”, (2004) junto con Fruit Chan y Takashi Miike: un autor dispuesto a embellecer el arte de la sangre como elemento de importancia en buena parte de sus films.

En su estreno norteamericano (la película está coproducida por los hermanos Tony y Ridley Scott) no escatimó recursos hemoglobínicos en el guión que radiografía una familia de clase alta salpicada por la tragedia tras la muerte del padre (Dermot Mulroney) y la irrupción de un misterioso hermano de éste Charlie (Matthew Goode) , ocasionando en la sobrina India (Mia Wasikowska) una situación de rechazo formalizada al intentar seducir éste a la viuda Evelyn (Nicole Kidman).
Poco a poco los secretos de la familia empiezan a desenterrarse al irse descubriendo poco a poco un pasado manchado de muerte y que afecta principalmente a los Stoker . Cuando Charlie decide convertirse en algo más que su tío y protector el drama se cierne como una sombra sobre la mansión en la que conviven los tres.

Aunque la intervención de Nicole Kidman acaba relegándose a un segundo plano es intensa así como la tormentosa interpretación de la australiana Jacki Weaver (que interpretó a la abuela mafiosa en la sobresaliente “Animal Kingdom” (2010) de David Michod). El film sin embargo se centra en el duelo, amor-odio entre los personajes interpretados por unos siniestros Mathew Goode (Un Hombre Soltero) y Mia Wasikowska, (Alicia en el País de las Maravillas) lo que no deja de ser una morbosa premisa. Un cuento que podría ser macabro pero es añadido de unos perversos e intensos colores pastel.