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Voto de Natxo Borràs:
6
Romance. Drama Neil (Ben Affleck), un norteamericano aspirante a escritor, y Marina (Olga Kurylenko), una madre soltera europea, se conocen en París y disfrutan de un momento de idilio en la isla francesa de St Michel, revitalizados por las sensaciones de estar de nuevo enamorados. Neil ha dejado su país buscando una vida mejor, dejando atrás una serie de hechos dolorosos. Mirando a Marina a los ojos, Neil cree estar seguro de que ha encontrado a la ... [+]
14 de abril de 2013
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"To the Wonder" es un drama romántico que sin predecirlo en los primeros minutos uno puede deducir rápidamente que se trata de la última película del amado y odiado Terrence Malick, un director que en los tiempos de “La Delgada Línea Roja” (The Thin Red Line, 1998), su tercera película en más de veinte años pretendía hacerse más estrecho que Kubrick y sus secretismos profesionales con declaraciones de lo más variopintas relacionadas a la hora de seleccionar los actores. Pero si ya en ese film bélico contaba con un reparto bastante célebre que iba de George Clooney, Sean Penn o Woody Harrelson.

La relación entre Neil (Ben Affleck) un viajante norteamericano y su novia Marina (Olga Kurylenko) se consolida cuando él la propone irse a vivir en Estados Unidos y dejar atrás Francia. Pero la inadaptación de Tatiana (Tatiana Chiline) hija de Marina, entre otras circunstancias, forzarán la pareja a una separación anunciada. Esa desunión comportará consecuencias para ambos y, a su modo, la quebrantada y temprana separación les arrastrará a unos melancólicos refugios: ella nuevamente en Francia y él reconciliándose con una antigua novia (Rachel McAdams). Mientras tanto un sacerdote (Javier Bardem) se plantea su fe mientras visita los hogares de los suburbios; símbolo de una decadencia de lo que fue una tierra de promesas y oportunidades. Algo que, en el presente, Marina no parece ver con buenos ojos.

Malick se limita a engrandecer con intensidad en las imágenes (excelente fotografía del mejicano Emmanuel Lubezki colaborador habitual en las películas de Alfonso Cuarón) y diálogos en off con ecos Wagnerianos de fondo. La belleza se disuelve cuando se le pide más grima a la narración fílmica, por lo que se echa de menos sentido del ritmo, pero ya se sabe conociendo a Terrence Malick y te echa esa clase de prolongado anuncio de perfume: no esperéis sorpresa alguna, pero de conclusiones, las que queráis. Sus imágenes pueden equivaler a miles de palabras que por eso estudió filosofía antes que cine.

Lo Mejor: sin duda la fotografía, gran protagonista
Lo Peor: las excesivas volteretas de cámara
Natxo Borràs
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