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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Drama Biopic sobre el músico y compositor Brian Wilson, fundador de los Beach Boys, sobre su influencia en la música, y sus problemas nerviosos que propiciaron su relación con el controvertido terapeuta Dr. Eugene Landy. (FILMAFFINITY)
8 de octubre de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Love & mercy” trata de indagar en el lado más oscuro de Brian Wilson, lo que se escondia detrás de sus obras maestras, la lucha que libró contra su enfermedad mental, y los abusos psicológicos a que fue sometido, primero por su padre y luego por su psiquiatra.

No se trata de un biopic al uso. No pretende abarcar toda la vida personal ni profesional de Brian Wilson. No es un film-tributo a los Beach Boys. Es una película que se centra sobre todo en los problemas mentales de Brian Wilson desde sus orígenes cuando los Beach Boys estaban en el cénit de su fama hasta el descenso a los infiernos que sufre muchos años después debido a su relación terrible con su psiquiatra.

Por supuesto, la música de los Beach Boys es protagonista imprescindible, se escucha desde el principio hasta el final (que nadie se levante durante los créditos, por favor), y lógicamente es un punto clave de la película porque no podemos entender a Brian sin la música y su obsesión por componer canciones, su perfeccionismo en los arreglos, su fascinación por la experimentación musical. No es la típica película sobre el nacimiento – ascenso a la cima – declive de un grupo musical, ni un escaparate para vender sus canciones, pero evidentemente la música está. Porque tenía que estar, porque merece estar, y porque la película mejora con ella.

La grandeza de la película estriba en que nos permite surfear (permítaseme la expresión, hablando de los Beach Boys) por las tenebrosas sendas de la mente de Brian Wilson, a descubrir al hombre que hay detrás del genio, y todo ello sin que parezca el típico ejercicio de homenaje a un músico. Pohlad no edulcora al personaje, ni el espectador tiene la sensación de estar ante un producto diseñado para vender una determinada imagen de Wilson. La película es interesante en sí misma, y yo creo que aún más para los espectadores que no sepan demasiado sobre Brian Wilson ni conozcan demasiado su obra.

Siempre se ha sabido que la genialidad y la locura suelen andar de la mano. Aquí se nos muestra una vez más esta circunstancia. Es difícil volar y tocar tierra a la vez. Los genios creativos emiten en otra frecuencia, viven en otro mundo, son distintos. Los terrestres disfrutamos su obra, pero no nos gusta la excentricidad de la persona que la creó. Nos interesa el personaje más que la persona. Los problemas de Brian Wilson para convivir a un tiempo en su mundo y en el nuestro se plasman perfectamente en la pantalla, merced al gran trabajo del director y los actores.

No se hasta qué punto es real lo que se cuenta, hasta qué punto se habrá exagerado, ni hasta qué punto se habrán omitido cosas. Personalmente, me parecen exagerados el personaje del padre de los Wilson y del psiquiatra de Brian. ¿Ambos eran realmente tan malos? Me cuesta creerlo, pero podría ser. En todo caso, no importa mucho, puesto que sea exagerado o no, en la película se desprende credibilidad, y eso es lo que vale.

Como gran aficionado a la música que soy, me interesó especialmente la parte en que Brian Wilson compone “Pet sounds”, esa obra maestra irrepetible. En esa parte de la película yo habría indagado un poco más, se me queda algo pequeña. Aunque claro, por mí la película entera habría girado sobre la gestación y grabación de ese disco.

Hay que ponderar, y mucho, el trabajo de los actores. Especialmente los dos que dan vida a Brian Wilson. Paul Dano, que encarna al joven Brian en los años sesenta, y a John Cusack, que interpreta al Brian que ronda los 50 años (aunque está claro que Cusack tiene más). Ambos están espléndidos, y personalmente me sorprendió para bien Paul Dano, a pesar de que ya ha demostrado sobradamente su nivel en varias películas, me sigue impresionando cada vez que le veo. Por otro lado, John Cusack está sensacional, contenido, introspectivo, demostrando talento en cada escena y componiendo un Brian Wilson que yo, francamente, cuando supe que era él quien lo iba a hacer, no daba un duro por su resultado.

Paul Giamatti está bien, pero no sorprende. Siempre está bien. Y este papel de psiquiatra malvado e inquietante se lo bebe. Para él es tan sencillo como respirar. En algún momento parece un tanto sobreactuado, pero creo que el personaje lo requiere. A mí me gusta mucho siempre, y en esta película está perfecto. Elizabeth Banks es lo menos convincente del elenco, pero tampoco desentona del todo.

Yo creo que la película decepcionará un tanto a los fans de los Beach Boys. Como he dicho, no hay una revisión a la historia de la banda, la película empieza cuando ya los Beach son famosos, ni tampoco tienen un gran protagonismo los restantes componentes de la banda (hay una escena en la que Brian le dice a Melinda que su hermano Dennis murió ahogado, sin venir mucho a cuento). Por lo demás, es una película muy disfrutable. No es redonda, pero es muy buena. Por ponerle pegas, diría que flojea un poco el ensamble entre las dos historias, y uno tiene la impresión a veces de estar viendo dos películas. Pequeñeces que no empañan el resultado final.

“Love & mercy” me ha sorprendido muy gratamente. Uno no espera encontrarse películas así en pleno verano. Un film muy recomendable, entretenido y pedagógico, tras el que hay lugar para una buena reflexión o conversación sobre las cosas importantes de la vida, y también para que los melómanos nos felicitemos por serlo, y los que no lo son se pregunten cómo coño llevan toda la vida viviendo sin tener el “Pet sounds” en su estantería.
keizz
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